La gastronomía avileña sigue poniendo “sobre la mesa” la autonomía de sus restaurantes. Luego de un año en el que la gestión pasó a ocupar el lugar de la “asignación de recursos”, más de 70 establecimientos, convertidos en Unidad Empresarial de Base (UEB) intentan sortear la escasez de alimentos y ofrecer una carta variada.
Con personalidad jurídica y con facultades que les permiten decidir hasta el monto de salario de sus trabajadores, las UEB de la gastronomía podrían demostrar ahora hasta dónde la autogestión rinde frutos y quiénes no están en condiciones de asumirla y servirían, entonces, una pobre oferta.
Hasta dos de esas unidades se fue Invasor Multimedia: Carta Cuba y El Flotante, dos UEB que desde el Parque de la Ciudad tratan de combinar el menú con precios no siempre asequibles a todos los bolsillos.
Por ahí podrían “desembolsar” también algunas opiniones. Porque ni todo está servido en “bandeja de plata” ni esos lugares se sustentan con presupuesto del Estado. Ser rentable es una obligación que pagan los comensales, en primer y último lugar.
Será un tema sobre el que Invasor ahondará en próximas entregas.
Por ahora acérquese a dos experiencias avileñas que ilustran las bondades de la autonomía gastronómica.