En la Empresa de Cepillos y Artículos Plásticos (Cepil) Juan Antonio Márquez, única de su tipo en la nación, desde 2018 se avanza en la coronación de una línea que ampliará sus capacidades productivas, estimada inicialmente en 4 millones 100 000 dólares por concepto de importaciones, para la fabricación de envases de pintura en Cuba, un proyecto de negocio entre la Mayor de las Antillas y China.
Yeny Alarcón Pérez, especialista principal de calidad en esa entidad, explicó que la inversión, en este momento al 95 por ciento de ejecución, comprende siete máquinas de inyección con sus equipos auxiliares, las que esperan por la certificación técnica de los expertos chinos, atrapados en su país por la situación sanitaria que ha generado la aparición del coronavirus.
El último cuatrimestre de 2019 fue el espacio temporal previsto para la entrada en operaciones; sin embargo, ahora se espera que ocurra en junio de 2020. “La moderna tecnología, de acuerdo con las características del equipamiento, fabricará unas 60 000 cubetas diarias con capacidades para 19,10 y 3,8 litros, para el posterior almacenamiento de pintura en la fábrica Vitral, en San José de Las Lajas, Mayabeque, como cliente principal, la cual no explota su capacidad productiva debido a la carencia de recipientes.
Sobresale así la sustitución de importaciones, aunque tratándose de Cepil, desde abril de 2001 en perfeccionamiento empresarial, lo que haga contribuirá a ese fin. Por ello, “ante el déficit de envases, estos ejemplares de tanquetas podrían utilizarse después para almacenar otros productos, como los alimentos, una vez validado su sellaje y resistencia”.
“Con la inversión vinieron asociados distintos moldes y diseños como el de un nuevo perchero, cestos para baño con tapa y balancín, cubos con tapa, escurridores de vajillas, orinales para niños y potes con rosca —para suplantar los antiguos de azúcar, sal y café— de 0.5, 1.0 y 1.7 litros, aunque también se pueden montar los productos de la gama tradicional, con amplia demanda.”
Se deben añadir 11 productos a los más de 70 exhibidos en la cartera de negocios de la industria.
Entre las bondades de la técnica destaca la incorporación de la etiqueta decorativa incrustada al artículo de plástico, a través del moldeo por inyección conocido como IML —In mould labeling, en español “etiquetado en molde”—, proceso fabril que ya conocen los obreros de Cepil, pues desde 2017 son los únicos que cuentan con una máquina Haitian 250 que rotula loncheras, práctica sostenida que les valió el Premio a la Innovación Tecnológica 2019.
Se suma la tecnología de termotransferencia, con la facilidad de grabar e imprimir la etiqueta y marca del producto, de acuerdo con el diseño propuesto por los propios clientes.
“Varios moldes se han ido certificando en talleres de la propia Empresa, para cuando se haga la definitiva puesta en marcha exista seguridad y calidad, como corresponde. Tal es el caso del cesto para baño con tapa y balancín, pote con roscas, cubo con tapa y el nuevo diseño de perchero.”
El reto está en que dichas producciones no se vean afectadas por las limitaciones con el financiamiento para la adquisición de materias primas en el mercado foráneo. Para que así no suceda, se incorporan clientes.
“Estamos estableciendo relaciones comerciales con la Zona Especial de Desarrollo Mariel, con Devox Caribe y el Grupo Tot Color, fabricantes de pinturas en espera del arranque.”
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Los bienes que se confeccionan en Cepil —escobas, cubos, recogedores, trapeadores, cepillos dentales…— se fabrican a partir de la demanda de los organismos (Turismo, Tiendas Recaudadoras de Divisa, Comercio Interior, Educación y Salud), responsables del aporte monetario que permita la capacidad de importación de los recursos que, conjuntamente, sufren los continuos problemas financieros de la nación para la compra fuera de la Isla, una consecuencia palpable de las medidas impuestas por el bloqueo de Estados Unidos.