Dos variables a despejar en la siempre difícil ecuación de la gestión económica. La realidad en Ciego de Ávila demuestra que sin los primeros, la segunda se complejiza
Al cierre de 2019, de las 97 acciones de control ejecutadas por la Contraloría Provincial en Ciego de Ávila, 23 fueron calificadas de Deficientes y dos de Mal, con un daño económico calculado en más de cinco millones de pesos, evidencia irrefutable de que todavía no se logra el ambiente de control descrito en las guías elaboradas por la Contraloría General de la República.
Los datos trascendieron en el balance anual de esta entidad fiscalizadora superior, que pasó revista a un año de trabajo en el cual el no completamiento de las plantillas de auditores hizo mella en el desempeño y la calidad de las inspecciones, al decir del informe presentado y aprobado.
Precisamente sobre la falta de auditores en las entidades y las propias Unidades de Auditoría Interna (UAI) se calificó como insuficiente la capacitación y el curso de especialización solo a tres estudiantes de la Enseñanza Técnica y Profesional, de una demanda de 30 en el territorio, una de las cuatro proyecciones de trabajo acordadas en el balance de 2018.
Otra de las preocupaciones analizadas por los asistentes tuvo que ver con las 16 entidades que ya no cuentan con la actividad de Auditoría (tres por reestructuración administrativa y 13 por no tener el personal calificado en la plantilla).
En ambos casos de lo que se trata es de instancias en las que las vulnerabilidades y el peligro de posibles hechos delictivos se incrementan proporcionalmente.
Pero incluso en aquellas empresas y unidades presupuestadas donde sí existe la figura del Auditor Interno, se encontró entonces la deficiencia de que esta figura clave no se subordina al Director y, más preocupante aún, no juega su papel preventivo. En otras los resultados de su trabajo ni siquiera se analizan en los Consejos de Dirección o es pobre e insuficiente la identificación de daños y perjuicios, a tenor de la Resolución 32 de 2016 de la CGR.
Un total de 23 entidades que sí tienen sus equipos completos no fueron visitadas por la lejanía y el déficit de combustibles, buena parte de ellas ubicadas en Cayo Coco.
De acuerdo con el informe discutido, las deficiencias detectadas muestran que, a pesar del tiempo de implementación de la Resolución 340 de 2012 Normas Cubanas de Auditorías, todavía existe insuficiente autocapacitación y preparación por parte de la mayoría de los auditores.
Descargue la Resolución 340 de 2012.
No es de extrañar entonces que, con respecto a 2018, el pasado año tuviera 16 Posibles Hechos Delictivos más: la mayoría en el sector del Comercio y la Gastronomía, aunque también están incididos la Agricultura y las entidades subordinadas al Gobierno. Además, se incluyen en esta suerte de “lista negra” entidades de los ministerios de Educación Superior, Turismo, Industria Alimentaria, Comercio Interior, Industrias y Transporte, así como el Banco de Crédito y Comercio.
Y aunque los casos se han presentado con inmediatez para ser valorados en el Comité de Calidad de la Contraloría Provincial y se ha radicado las denuncias pertinentes, María Victoria Sifontes Ayup, fiscal jefa de Ciego de Ávila, insistió en que hay que llegar al final de las auditorías.
Razón no le falta. Las modalidades delictivas más frecuentes son la Malversación y el Incumplimiento del deber de preservar bienes en Entidades Económicas, por cuanto no hablamos aquí de errores de contabilidad o de papeleo. Lo peor es que, según el informe presentado por Odalys Ordaz García, contralora jefa de la provincia, “se aprecia una tendencia justificativa por parte de los directivos respecto a la afectación económica, considerando solo importante la recuperación del efectivo y no el hecho en sí”.
En la reunión trascendió la preocupación por el sector campesino cooperativo, que no poseen equipos de auditoría y no reciben controles de los organismos rectores, así como las condiciones de trabajo de los auditores, no siempre las mejores.
Al concluir la cita, Reynol Pérez Fonticoba, vicecontralor general de la República, llamó a fortalecer el sistema de auditorías, comenzando por completar las plantillas y capacitar a los especialistas. Asimismo, dijo que es imprescindible crear equipos multidisciplinarios en aras de aprovechar la experticia no solo de contadores, sino de juristas e informáticos.
Como parte del balance se reconoció a las Unidades de Auditoría Interna de Comcávila, Alimentaria y Agricultura, así como al Grupo de Auditoría Agroforestal. También se agasajó al Vicecontralor General, quien recibiera recientemente el Premio Anual por la Obra de la Vida, especialidad Auditoría.