La última de las obras ingenieras, incluida en el dique Estero Socorro, fue la de mayor envergadura.
Cuando en agosto venidero concluyan las acciones constructivas en el Cierre Manatí del dique Estero Socorro, Ciego de Ávila dará por cumplida una de las acciones comprendidas en el Plan de Estado para el enfrentamiento al Cambio Climático Tarea Vida.
Fuerzas de la Empresa Provincial de Aprovechamiento Hidráulico iniciaron en junio último las obras de fábrica de tres pases ecológicos de dos compuertas cada uno, con la utilización de tubos de 630 milímetros de diámetro. De acuerdo con Epifanio Núñez Arias, director de la UEB Mantenimiento e Hidrometría, hoy se encuentran a un 90 por ciento de ejecución.
Hiorvanys Espinosa Pérez, delegado del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, dijo a Invasor que las labores en el canal Manatí son las de mayor complejidad dentro de toda la rehabilitación del dique Estero Socorro, que tiene unos 22 kilómetros de extensión. La complejidad se traduce, también, en el costo: allí se han invertido alrededor de un millón de pesos.
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Los pases permitirán el intercambio de las aguas a ambos lados del dique y sus impactos van en dos direcciones: ambiental e hídrica. Entre los efectos positivos directos al medio ambiente está el mantenimiento de los ecosistemas, que forman parte, a su vez, del Gran Humedal del Norte, declarado Sitio Ramsar desde el 2002. Los canales y lagunas que conforman ese reservorio natural son hábitat para especies de la avifauna y la flora, que habían sido afectadas por el estancamiento de las aguas en algunas zonas.
Diseño de Sayli Sosa
Pero los pases a lo largo del dique funcionan, además, como tapón hidráulico para la cuña salina, regulando la salinidad de las aguas y los suelos. Asimismo, recargan el manto freático, mantienen los parámetros hidrológicos de la Laguna de la Leche y permiten el manejo de los escurrimientos de la cuenca superficial La Llana, la mayor de esa área geográfica.
En lo adelante, precisó Espinosa Pérez, resta ejecutar los mantenimientos planificados para que la obra ingeniera perdure en el tiempo.
Según los investigadores Vania Vidal y Rafael González-Abreu, a finales de la década del ´80 se construyeron varias obras hidráulicas dentro del humedal, tales como: el cierre Puente Largo, el dique Chicola, el cierre Estero Socorro, y el trasvase Laguna de La Leche-La Redonda. Las unidades físicas que se formaron a partir de la inserción de estas obras civiles e hidráulicas constituyeron la base teórica para la determinación de cinco zonas hidrológicas que apoyan la determinación de las entradas y salidas de agua en el ecosistema.