Aunque la escala Saffir Simpson no alcanza a medir la intensidad con que se le “entró” a la tierra después de Irma, en esta provincia la categoría de esfuerzos se aprecia ya en los mismos campos. Resiliencia le llaman los científicos a esa capacidad de recuperarse. Trabajo duro, le llaman los guajiros.
Las lluvias han impedido que la siembra avance y hasta el mes de noviembre solo había podido plantarse en apenas la mitad de las áreas previstas. Pero la campaña de frío, que llega hasta febrero, obliga a los hombres y mujeres a redoblar sudores.
Este año deben molerse en la industria avileña más de 31 000 toneladas. El tratamiento de las semillas es vital en la provincia que cosecha y tritura casi la mitad del tomate del país
Los rendimientos de la papa justifican la permanencia de ese cultivo en el territorio
Lo poco que Irma dejó se cosecha ahora y se aprovecha hasta el último grano
La mecanización ha sido imprescindible, pero…
…el esfuerzo se mide también en gotas de sudor
Los trabajadores de la empresa sacan el máximo de sus maquinarias para agilizar la siembra
Más de 6 000 hectáreas de frijol serán plantadas en esta campaña
Los recursos han sido garantizados, solo el insecticida de los frijoles ha fallado
La maquinaria ha agilizado las labores…
…pero el atraso es considerable
Aunque la malanga duplicará sus áreas de siembra, todavía esta provincia adolece de buenos rendimientos en esa vianda
Preparar la semilla es apenas un eslabón de la larga cadena que tenía a esta provincia “argollada” y que, en lo adelante, debe rendir frutos
Hubo plátano sobreviviente después de Irma, pero fue poquísimo, a La Cuba el daño le costó millones
Relación entre un campo de plátanos recuperado y otro que se sembró tras el paso del huracán
Las distancias de siembra se acostaron de 90 centímetros a 45. Ahora el rendimiento y la eficiencia serán mayor en la empresa Arnaldo Ramírez