Autoabastecimiento en Baraguá: garantías ante la COVID-19

Aun cuando en Ciego de Ávila el autoabastecimiento territorial puede (y debe) tener mejores resultados, por estas fechas el municipio avileño de Baraguá muestra algunos ejemplos de lo que se hace para llegar, con producciones propias, sobre todo a los lugares más apartados.

En medio de la situación epidemiológica con la COVID-19 la producción de alimentos es un reto y también una de las prioridades, como garantía para satisfacer necesidades vitales.

Lo saben en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Comercializadora de productos agropecuarios Baraguá, que recorre comunidades con el primer mercado móvil que funciona en la provincia. Luis Gustavo Castillo Rodríguez, director de esa entidad, confirma que allí se expenden fundamentalmente viandas y conservas.

Bases productivas localizadas en el municipio y una empresa de balance nacional como La Cuba, son los proveedores esenciales de los productos agrícolas.

Mantienen cierta estabilidad en los suministros y variedad en las tablillas de ofertas. Por estos días lo que venden con más frecuencia son las variedades de plátano, maíz, ají y papa. “Todos se regulan para que beneficie a una mayor cantidad de población.”

Esta alternativa va teniendo aceptación en estos sitios salpicados por el fatalismo geográfico. Invasor lo comprobó con la visita al Consejo Popular Pachi 3, donde se encontraba el carro. Allí sus pobladores, aunque el sol castigaba para hacer la cola, manifestaron la satisfacción de poder, al menos, llevar algo a casa.

Además de impulsar la comercialización de alimentos salidos del surco, en el territorio baragüense se impulsa la labor de los centros de elaboración, una vía en la que se ha insistido para el aprovechamiento óptimo de los recursos.

AutoabastecimientoLa entrega para los trabajadores del central Ecuador, otro de los destinos de la producción del centro de elaboración

Maribel Alonso, administradora de uno de estos centros en Gaspar, precisa que ante cada jornada se sabe el horario de entrada, pero no hay uno fijo para terminar. Se ha incrementado la producción para poder enviar también a las diferentes comunidades y destaca que algunas reciben más de dos veces a la semana.

“Nos concentramos en hacer masa cárnica, masa de croqueta y croqueta conformada, embutidos y pasta de bocadito. Igualmente, hacemos vinagre, algunos dulces y encurtidos, para reforzar lo que se envía.”

Lo que allí se elabora está en función de la cantidad de núcleos en cada comunidad y llegar a todos, detalla Maribel. “La venta en las bodegas se hace de manera regulada, teniendo en cuenta la disponibilidad.”