La faena coordinada de las bases productivas y Acopio repercuten en la satisfacción de los compromisos con el pueblo.
Mientras una pandemia “acopiaba” fuerzas a nivel mundial, Guadalupe Matos Hernández se estrenaba como directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Acopio de Majagua y, desde ese entonces, se preparaba para que, de un momento a otro, tocara suelo cubano el nuevo coronavirus. Y así sucedió.
Para beneplácito de “la nueva jefa”, como algunos le llamaron, “14 de las 18 bases campesinas asociadas a Acopio en el municipio se fueron por encima en sus entregas convenidas para el mes de abril”, lo que le permite, frente a la COVID-19, reconocer el compromiso de los productores locales y de su equipo de trabajo.
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“Durante el mes anterior, las bases cooperaron y logramos un sobrecumplimiento de lo planificado. De un ratificado por parte de los campesinos de 110.70 toneladas (t), entre viandas, hortalizas y frutas, se acopiaron unas 215 t y producciones que estaban destinadas al Turismo u otros organismos se han reorientado hacia la población majagüense, a través de los agromercados de Acopio”.
Para la comercialización, Majagua posee nueve placitas y 15 puntos donde se expenden alimentos de forma liberada en bodegas, por encontrarse esas poblaciones alejadas de aquellos primeros establecimientos, excepto en el Consejo Popular de Mamonal, hasta donde llegan solo las dietas, pues allí las bases campesinas se ocupan directamente de la venta liberada a la comunidad. “En todo el municipio reciben dietas, con total seguridad, 642 enfermos y, de ellas, 64 son especiales”.
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Matos Hernández explicó que existe variedad de conservas en latas, viandas (yuca, plátano burro y vianda, malanga, chopo), hortalizas (calabaza, pepino, ajíes, tomate) y frutas (melón, mango, frutabomba) en las placitas; en tanto, destacó el impacto de varias acciones relacionadas con el enfrentamiento a la pandemia y la seguridad alimentaria de los lugareños.
“En esas zonas donde los insumos se llevan a las bodegas, se expende, además, en un mercado móvil, encargado de aproximar los productos a los vecinos. Entre los días martes, jueves y sábado, de cada semana, se realiza el recorrido, con unas 10 ofertas, como promedio.
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“También, en las placitas, se preparan en jabas de nailon un grupo de surtidos para aquellos que están en casa y son del grupo de riesgo, con un valor de hasta 20 pesos. En el mercado dos de Majagua, por ejemplo, se han vendido más de 350 módulos. La dirección municipal de Trabajo indicó a sus trabajadores sociales identificar los vulnerables, la lista se lleva a las placitas y en ellas se elaboran los paquetes. Luego, el trabajador social las entrega.”
La directora de la UEB resaltó las iniciativas de las estructuras de los consejos populares, como el de Guayacanes, en el que, al compromiso de los mercados con la alimentación de las personas vulnerables, se agregó un coche con tracción animal, responsable de haber transportado hasta la fecha más de 190 jabas y a los encargados de su distribución. “Incluso, dentro de la bolsa va un mensaje enviado por la administradora del establecimiento”.
Aunque insistió en hablar del esfuerzo colectivo, sobresalen la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Orlando González, con 78.04 t entregadas; la CCS Orlando Expósito, con 36 t; la CCS Efraín Hurtado, con 19.28 t, y la Cooperativa de Producción Agropecuaria 17 de mayo, con 15 t. “Obviamente, esos números son fríos, por lo que debemos aclarar que dependen de la cantidad de productores y tierras que poseen las bases, de ahí que se reconozca la entrega de lo que cultivan.”
Un incentivo para los campesinos resulta que “la UEB Acopio de Majagua mantiene al día sus conciliaciones con las bases productivas, que se efectúan tres veces al mes, o sea, los días 10, 20 y 25. Lo normal es que las del 10 y 20 se paguen dentro del periodo, y las del 25 en la primera semana del próximo mes”.
De esta forma, se articulan los agricultores majagüenses para hacer frente a la COVID-19, con un demandado grupo de surtido agrícolas frescos, resultado que anda de boca en boca, incluso en Facebook, pero, más importante, encima de la pesa y luego en la mesa.
“El llamado es a sembrar, producir y acopiar más, con énfasis en el programa de autoabastecimiento municipal, y llevar alimentos hacia los mercados agropecuarios”, concluyó quien, desde su arrancada, no dejó un surco ni mostrador abandonados, siempre atenta al acopio, los destinos y la venta de las producciones. Sabe ella que esta es la cara de la Agricultura que ve el pueblo.