No hay mundo para la urgencia…

Por Neilán Vera
Foto: Generada con Inteligencia Artificial
Los números, útiles a la hora de informar con exactitud, no reflejan la desesperación de las familias ni el grito histérico de las ambulancias. Sin embargo, es inevitable recurrir a las estadísticas para describir, en toda su magnitud, un fenómeno como este: accidentes de tránsito

Mientras el camión lleno de pasajeros va por Jicotea rumbo a Majagua, corre por la otra senda una moto —casi un bólido— que lleva a su conductor y a una mujer abrazada a su espalda a una velocidad demasiado alta, incluso, para los estándares de la Carretera Central. “Van como una flecha”, dice alguien. “Si se les cruza un perro en el medio, no harán el cuento”, agrega otro. Y los pasajeros del camión, entre el tedio, el calor y la incomodidad de la multitud atrapada entre cuatro paredes de hierro, escuchan alejarse la moto, tripulada por una pareja que ojalá llegue sana a su destino.

Escenas como estas, lejos de sorprender, se han vuelto peligrosamente comunes en los tiempos actuales. Y ya sea por exceso de velocidad, por deficiente mantenimiento de los vehículos o por la temeridad y la falta de atención de peatones y conductores, lo que de verdad sorprende es que tantas veces las historias terminen en un susto sin más consecuencias.

Sin embargo, cuando la tragedia se materializa, cuando las ruedas de la moto, o del carro, o del vehículo que sea, se trastrocan en una camilla metálica y fría, en ocasiones no queda mucho por hacer, aunque los médicos lo intenten todo, y la familia llore y rece desconsolada en los pasillos de un hospital. Allí es donde se percibe el verdadero drama, el camino de destrucción que deja cualquier accidente de tránsito con víctimas fatales: los hijos, los padres, las parejas, los hermanos, toda la gente que un día, de pronto, debe asimilar que un ser querido nunca más volverá.

En espacios informales, algunos se han referido a las motos y motorinas como “cajas de muerto” rodantes y, aunque esta imagen pueda resultar un poco cruda y lúgubre, no deja de tener su dosis de razón. El año anterior, las estadísticas de la provincia apuntaban 41 fallecidos en accidentes de tránsito. O sea, cada ocho días murió una persona en Ciego de Ávila por esta causa.

accidenteAccidente entre motorista y un carretón, el 19 de septiembre en la calle Marcial Gómez

La histeria de las sirenas

Recientemente, Cubadebate publicó, citando al Órgano Especializado de Tránsito de la Dirección General de la Policía Nacional Revolucionaria, una nota en la que afirmaba que durante los meses de junio, julio y agosto del presente año se registraron en el país más de 1000 accidentes de tránsito (uno cada dos horas), 72 muertos y 543 heridos.

Los números, útiles a la hora de informar con exactitud, no reflejan la desesperación de las familias, el silencio de los hogares cercenados ni el grito histérico de las ambulancias. Sin embargo, es inevitable recurrir a las estadísticas para describir, en toda su magnitud, un fenómeno como este.

Según datos de la Comisión Provincial de Seguridad Vial (CPSV), ocurrieron de enero a agosto 179 accidentes de tránsito, que dejaron un saldo de 19 muertos, 97 lesionados y un millón 239 500.00 pesos en concepto de pérdidas materiales. Los territorios más afectados fueron el municipio cabecera y Morón, seguidos de lejos por Baraguá, Ciro Redondo, Chambas y Majagua.

En los ocho primeros meses del año, los automóviles fueron el tipo de vehículo que tuvo mayor participación en estos siniestros (58 accidentes, cinco muertos y 16 lesionados). Cabe señalar que más de la mitad de ellos fueron carros estatales.

No obstante, la atención de las autoridades se concentra también en la situación de las motos y las motorinas, que dejó en igual período un trágico rastro de 51 accidentes, ocho muertos y 41 lesionados; las cifras más preocupantes de todo el país en materia de accidentes de ciclomotores, según trascendió en la última reunión de la CPSV.

Intervención dedicada a los ciclomotores🛵. ¿Cómo está el índice de accidentalidad relacionada con los...

Posted by Héroes de azul en Cuba on Sunday, January 22, 2023

Aunque no existe información disponible acerca de cuáles son los tramos más peligrosos en Ciego de Ávila, se conoce que de 3:00 a 6:00 de la tarde y de 9:00 a 12:00 de la noche ocurren más de la mitad de los accidentes y la totalidad de las muertes, por lo que en estos horarios se debe prestar especial atención en la vía.

Si echamos un breve vistazo a las estadísticas de la provincia en 2022, quizá podamos concluir que las cifras actuales aún distan de los 249 siniestros, 41 fallecidos y 257 lesionados que se reportaron el año anterior, de acuerdo con un informe de balance de la CPSV, al que tuvo acceso Invasor.

No obstante, un simple cálculo podría situarnos frente al horror: con 179 accidentes en los primeros ocho meses del año, la provincia muestra un promedio de 22 incidentes mensuales, que multiplicados por los cuatro meses que restan, daría una cifra superior a la de 2022, sabiendo que el pasado año —y, en menor medida, 2021 (218 accidentes, 21 fallecidos y 160 lesionados)— se registraron indicadores de accidentalidad en extremo desfavorables.

 accidentes Rastra volcada en la Carretera Central, Rotonda Este, 3 de agosto de 2023

Estos resultados ubicaron a Ciego de Ávila entre los territorios más críticos en el nivel nacional, en cuanto a la incidencia de accidentes de tránsito, y daños humanos y materiales ocasionados.

Este año, si bien podría cerrar con un mejor panorama, también podría ser lo contrario. Todavía queda mucho por prevenir

 

En rotondas, recuerda que siempre tiene prioridad de paso quien circula dentro de la misma. Si vas a ingresar debes...

Posted by Recorriendo la vía on Tuesday, April 4, 2023

Luz de hospital, sincera al fin…

En un pequeño cubículo de dos metros de ancho por cinco de largo, donde, a duras penas, caben una cama personal y dos taquillas, el joven doctor Julio Antonio Fernández Hernández, especialista de primer grado en Medicina Intensiva y Emergencias Médicas, descansa en sus guardias, si no llega algún paciente que necesite atención inmediata para mantenerse con vida.

Desde hace dos años, el doctor Julio trabaja en la sala de Emergencias del Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola, un lugar donde pensar rápido y no perder tiempo resultan un hábito imprescindible. El joven cuenta que, a pesar de lo que pudiera imaginarse, allí llegan más casos de accidentes domésticos o laborales que de siniestros ocurridos en la carretera. No obstante, esto no niega el peligro de los últimos.

“La gravedad de nuestros pacientes depende de las lesiones que posean. En los accidentes automovilísticos, por ejemplo, son más comunes las fracturas de huesos en brazos o piernas y los golpes de tórax no penetrantes (o sea, sin costillas rotas ni otras perforaciones en el área). Los traumatismos craneoencefálicos (lesiones en el cráneo o el cerebro) son menos frecuentes, pero sí ocurren en la mayoría de los accidentes de moto que recibimos.

“La pobre cultura de atención a los accidentados constituye hoy uno de nuestros problemas principales. Muchas veces, estos son rescatados por las mismas personas que pasan cerca del accidente, y llegan al hospital con lesiones todavía peores, por mala manipulación.

“El primer error que cometen las personas es tratar de trasladar al paciente. Este no debe tocarse hasta que lleguen los paramédicos. Un traslado incorrecto, sin utilizar collarín o algo que fije la columna cervical, puede seccionar la médula del paciente y dejarlo parapléjico. A veces, tratando de ayudar, las personas provocan daños mayores.

“Cuando el personal del Servicio Integral de Urgencias Médicas llega a la escena del accidente, lo ideal sería que se establezcan las prioridades de traslado, pues no siempre las ambulancias pueden transportar a todos los lesionados en un solo viaje. Allí es importante decidir en qué orden serán enviadas las víctimas al hospital, siempre bajo el criterio de salvar a la mayor cantidad posible de personas.

“Primero se transportan los pacientes que están más graves, con prioridad para quienes tengan lesiones potencialmente recuperables. Luego están los casos menos graves. Por último, aquellos que no presentan riesgo de muerte y que, incluso, pueden llegar a las instituciones de Salud en otros vehículos”.

Tocan a la puerta. Una joven enfermera avisa a Julio que viene en camino un hombre en estado grave. Es un accidente, pero no de tránsito. Fuera del cubículo, por el largo pasillo, se escucha una mujer: “¡Una camilla, camillero!”. El ruido de la camilla y las voces entremezcladas de varios hombres, cada vez más cerca, anuncian la llegada del nuevo paciente.

Peatón, al transitar por vías públicas, recuerde 🚶‍♀️🚶‍♂️ ✅ Transite por la acera y zona peatonal ✅ Cruzar siempre por...

Posted by Recorriendo la vía on Thursday, September 14, 2023

Beso de asfalto, sangre y aceite

Entre las causas de los accidentes en tierra avileña, explica Sonia Hernández Talavera, secretaria ejecutiva de la CPSV, están el exceso de velocidad, la pérdida del control del vehículo en marcha, el irrespeto del derecho de vía, los adelantamientos indebidos, la conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas y la circulación de vehículos sin revisión técnica automotor.

Aunque el estado de las vías no aparezca en ningún informe como factor causante de accidentes, habría que preguntarse cuánto puede incidir el deterioro de las carreteras en los desperfectos técnicos que muestran ciertos vehículos y hasta dónde la falta de iluminación dificulta el tránsito en horario nocturno. Pero estos indicadores deberían aparecer, toda vez que en la provincia el 65 por ciento de los viales estaba en regular y mal estado al cierre del primer trimestre de este año.

Otro asunto sobre el cual reflexionar es qué tan eficaces y sostenidas resultan las medidas tomadas por las autoridades. Por ejemplo, agosto mostró un escenario más favorable que los meses anteriores, sin accidentes relacionados con peatones, consumo de bebidas alcohólicas o hechos cercanos a playas y centros recreativos. La CPSV lo atribuye a las medidas adoptadas. Entonces, si más rigor es sinónimo de menos accidentes, ¿por qué no se mantiene ese control estricto durante todo el año? ¿Por qué este no se implementó antes de la etapa veraniega?

Sin duda, los accidentes de tránsito son un tema complejo, lleno de matices y preocupaciones, tanto si se estudia desde el prisma de las políticas de seguridad vial como si se mira a través de la tragedia humana que entraña su ocurrencia en cualquier parte del mundo. Por mucho que se avance, siempre quedará algo más por hacer, algo más para evitar que la felicidad y la paz de toda una familia queden mutiladas en un beso de asfalto, sangre y aceite.

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