Nadie sabe nada

Por Lauren Pérez Muñoz
Fotos: Lauren
Yosdany, jefe del tercer turno, supervisa la Central Eléctrica de Chambas desde la cabina de control

Desde la cabina de control Yosdany Vidal Ferrada, jefe del tercer turno de la Central Eléctrica de Chambas; con una postura firme y expresión medida, observa el monitor que refleja los parámetros de unos equipos de los que yo no entiendo nada, pero que él conoce muy bien.

A todo lo que le pregunto dice “no es tan difícil”. Su desempeño depende de su experiencia y de las instrucciones de manual. Y, ¿cómo es arrancar en negro y hacer una isla energética interna? Yosdany explica que, el arranque en negro, es un tipo de motor diésel que les suministra la energía para poder reiniciar la planta cuando todo está apagado, ejemplo, uno de aquellos días en los que colapsó el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

 equipoArranque en negro

Luego de ese arranque se genera la energía que deben incorporar al sistema del país, según la demanda del despacho. En resumen, se crean las condiciones de un microsistema que entra en calentamiento, poco a poco, y después distribuye electricidad a las demás plantas.

Normalmente, la central de Chambas aporta 14 megawatts a la red. Sin embargo, el trabajo en isla oscila entre el 50 y 75 por ciento de capacidad. Los pasos para integrarse al sistema deben ser muy precisos y contar con la mejor sincronización posible.

Un solo desacierto podría provocar graves daños a la instalación y pérdidas humanas. Imagino que, durante un turno de 12 horas, en un ambiente imbuido de desesperanza como la que es ver a un país entero sin luz, una persona “normal” no podría dar su mejor esfuerzo. Aun así, Yosdany lo hace.

La central cuenta con 72 trabajadores en total, de estos hay 28 operadores por turno y un especialista en Materia de Servicio. Esa es Oneida Citrian Lazaga, quien trabaja aquí desde el 2007, “cuando arrancó el primer motor de la empresa”. Oneida lleva tiempo suficiente para conocer cada rincón y hasta cada partícula del rincón en este lugar.

Desde que llegué fue amable, y servicial cuando le pedí un recorrido mientras se incorporaba el director. Enseguida, cascos puestos, salimos a caminar.

Entonces me enseñó las 12 unidades generadoras de la central, las cuales están vinculadas al SEN; me habló más sobre motores, combustible, baterías, depuradoras, bombas de trasiego y unidades de control eléctrico, de lo que jamás hubiera podido imaginarme.

A Oneida se le nota, sí; en los ojos, en el tono de voz, en su preocupación por cada detalle, que le gusta este trabajo y por eso habla feliz de un motor, o de aceites y baterías. Hay que conocerla a ella para hacerse la idea y para descubrir que, posiblemente, es el ejemplo de muchas otras mujeres.

Es curioso, cuando estamos en apagón lo único que se nos ocurre es quejarnos. No falta el vecino que dispara oprobios y enseguida llueven las maldiciones sobre el primero que venga al cuento, casi siempre contra aquellos que “quitan y ponen la corriente”

El malestar está justificado, pero acaso ¿Costaría mucho pensar en que esas personas, de hecho, también son humanos? También tienen necesidades, familia, también desean la comodidad y el bienestar. Y además, cargan la presión de realizar estrategias complicadas para asegurar, en la medida de lo posible, una solución.

 oneidaOneida y el director Yoander Álvarez en recorrido por las instalaciones del grupo

Pienso en Oneida, que no es culpable en este contexto tan duro que nos supera a todos. Pienso en Yosdany, que después de 12 horas de trabajar con energía eléctrica, regresa a casa con una gran sombra detrás de su espalda y nadie sabe nada.

Para Yoander Álvarez, director de la central chambera, la felicitación a los trabajadores es importante, porque su esfuerzo lo amerita. Sobre todo a los operadores, que respondieron con prontitud al fallo del sistema y todos tomaron partido en la generación de isla.

Capacitar para realizar estos ejercicios suele ser difícil, ya que son eventos poco comunes. Conseguir habilidad requiere práctica. De forma anual se recogen las inquietudes de los trabajadores y según sus necesidades de capacitación se ofrecen cursos. Casi siempre piden el trabajo en isla.

Abrir circuitos, crear las condiciones internas, incorporar carga; términos que a muchos no nos dicen nada, para los operadores significan algunos de los procesos más delicados de ejecutar en situaciones de emergencia

Ya sea por eventos meteorológicos o por déficit total de combustible, los servicios de distribución de electricidad son interrumpidos, lo que traen consigo una serie de actitudes pesimistas.

A falta de soluciones inmediatas, lo mejor que podemos hacer es, al menos, ser más consecuentes con la labor que algunos realizan por nosotros. Tan vital, pero tan desapercibida y menospreciada.