Matemática empresarial: ¿qué dicen los números?

Por Katia Siberia
Fotos: Alejandro García
En la provincia, de las 21 entidades que terminaron perdiendo en 2022, solo siete han comenzado a registrar pérdidas al cierre del primer trimestre de 2023. Cinco de ellas, son repitentes. ¿Por qué unas pudieron salir del círculo tendencioso y otras no?

Aunque las viejas pérdidas siguen ahí, en una cuenta que no dejará de pasarles factura, la contabilidad del 2023 comenzó “blanqueada”, como si el nuevo año fuera un nuevo comienzo para el entramado empresarial. Otra oportunidad que la mayoría ha podido —o sabido— aprovechar, mientras otras han vuelto a caer en ¿la espiral? del deterioro.

Ciertamente, a veces parece un círculo o, al menos, un péndulo que repite movimientos hacia arriba para luego, “por ley”, volver hacia abajo. Vaivenes. Sin embargo, que de las 21 entidades con indicadores negativos, al cierre de 2022, apenas un tercio —o menos, porque de las siete incididas de 2023 solo reinciden cinco— no haya podido detener la secuencia que traía desde el año pasado, simula más una parábola (creciente).

Los números dibujan esa mejoría. “En algún momento del 2022 llegamos a tener 33 empresas con pérdidas y ahora el saldo negativo ha venido reduciéndose de manera marcada, incluso, de un mes a otro. Cerramos el año (diciembre) con 21 y empezamos enero con 14, febrero con 11 y ya para marzo serían 7”, enumera Susivey Márquez Toledo, coordinadora de Objetivos y Programas para la Economía del Gobierno provincial.

Si fuéramos a comparar los datos con períodos similares, la tendencia sería también positiva: al cierre del primer trimestre de 2022 fueron 20 las empresas que registraron pérdidas; ahora son 7. Como sea, los números son halagüeños, amén de que las evaluaciones no siempre sean tan precisas o comparables.

• Lea aquí un reportaje sobre el tema

Quiénes y porqués

“Hay empresas que todavía están en el 1ro. de enero de 2021”, sentencia Alexis Marrero Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) en el territorio, y su criterio es casi un veredicto que deja en la puerta del “día cero” a no pocas entidades. Principiantes de un ordenamiento que no ha podido cerrar de un tirón todos los desórdenes que se le colaron.

“Pero en muchas ya se ve el cambio”, aclara sin objetarse, porque una cosa no está en contradicción con la otra: se puede querer, saber hacer… y no poder. Que es muy parecido a no tener con qué o cómo.

INFOGRAFÍA

Aquí van dos ejemplos.

Dentro de las cinco organizaciones empresariales que en la provincia se mantienen perdiendo este trimestre, aparecen la Empresa de Suministros Agropecuarios y la Empresa Avícola. Ambas con una explicación muy sencilla… e inadmisible a estas alturas.

Ya en octubre, cuando la Avícola se había quedado sin ocho millones de pesos y cursaba el peor año que recordara su directora, Leyda Martínez Arnáez, seguía siendo la entidad de su tipo que más kilómetros en Cuba recorría (548) en busca del pienso; ida y vuelta hasta Cienfuegos y en circunstancias complejas iba hasta Santiago de Cuba para darle de comer, a toda costa y costo, a sus gallinas.

De modo que mientras más pérdidas intentaban evitar, más se hundían.

 

 

 

Sobre todo porque el costo del huevo aprobado quedaba por debajo, en alrededor de un 1.00 peso, del que recientes cálculos tomaban por real. Una realidad que tampoco se aprobó este año a escala nacional. Como no se resolvió en Suministros Agropecuarios, donde siguen informando pérdidas por tener que vender a un precio menor que al que compran. Algo que ya se habían cansado de plantear en mayo de 2022, cuando Invasor los visitó.

En términos generales, esas son las causas aludidas por Laura María de Quesada Uli, subdirectora de la Dirección de Economía y Planificación, quien lleva a punta de Excel el informe actualizado de los montos. Y los mayores recaen en la Empresa Agroindustrial Azucarera Ecuador (más de 29 millones) y Primero de Enero (más de 9 millones). Dos centrales que el año pasado estuvieron entre las cinco empresas de mayores pérdidas. Una suma que sigue cebándose sin atisbos, pues “la zafra sigue dando pérdidas, se alarga en días paralizados, traducibles en ineficiencia al seguir pagando salarios, por ejemplo, y en el poco aprovechamiento de los derivados”, explica Laura.

La última reincidente es la Empresa Municipal de Comercio y Gastronomía de Bolivia, a la que, por cuestiones objetivas, no han podido llegar los miembros de la Comisión Económica Territorial (CET) para analizar sus interioridades e intentar revertir las pérdidas.

La sociología, no obstante, pudiera apuntalar las matemáticas. “Saca cuentas para que veas qué población de Bolivia es la que compra allí, son los denominados municipios dormitorios, cuya mayoría de habitantes trabaja fuera y consume fuera del lugar, y cuando regresa ya viene con algo en la jaba; eso pudiera estar influyendo allí. Si una entidad paga salarios, invierte, realiza ofertas y luego no recauda”, sugiere Alexis.

Por ahí mismo podrían juzgar a la Empresa Cárnica. Lo hacen, de hecho, el presidente de la ANEC y el subdirector de Organización y Retribución del Trabajo, en la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, Yusmey Hidalgo Rodríguez. Avalados en que, minutos antes de sentarse con Invasor, desandaran los pasillos del Cárnico; la sexta empresa con pérdidas del grupo de las siete.

Si bien todavía continúan analizando y proponiendo medidas para un viraje, a primera vista sugieren un reacomodo de sus fuerzas en otras funciones no vinculadas a la matanza, por los bajísimos niveles de entrega, entre otras alternativas que no solo deben volver más competitivos sus productos, sino más eficientes.

CárnicoMuy lejos está el Cárnico de estos días de 2018. Es la sexta empresa con pérdidas del territorio al cierre del tercer trimestre del año

Reajustes que han de llegar, además, a la Empresa Provincial de la Construcción, carente de objetos de obra (y recursos) para elevar sus ingresos. Incluida hoy en la “lista roja” de las perdidas.

Las cuentas sacadas

Si explicables son los hechos que mantienen en rojo a siete empresas del territorio, detallados pudieran ser los resultados de las 16 que lograron salir —al menos durante el primer trimestre— de la secuencia negativa. La Agropecuaria La Cuba (86 millones) y Agroindustrial Ceballos (69 millones), acumulaban las mayores pérdidas después de las azucareras y llamaron entonces la atención; hoy lo hacen en sentido opuesto: se quitaron el sambenito de encima.

—¿Qué cambió en tan poco tiempo?

—En esencia, Ceballos pudo disponer de envases para comercializar producciones terminadas y se ha enfrascado en diversificar cultivos para procesar, por ejemplo, la yuca —resume Alexis.

Estrategia similar ha adoptado La Cuba, luego de que felizmente se reajustara la ficha de costo y el Turismo aceptara un plátano fruta más caro de lo pagado hasta entonces, en detrimento de la Empresa Agropecuaria.

• Lea aquí lo que antes dijimos de La Cuba

“Pero no solo eso, crearon más colectivos laborales vinculados a sus resultados y ahora están preocupados por ‘su pedacito’, porque los recursos de esa área no se desvíen, y comenzaron a variar la dependencia del plátano con la siembra de cultivos de ciclo corto”, agrega Yusmey, quien admite que, de su visita en diciembre, como parte de la CET, hasta ahora, el viraje ha sido significativo.

yumeyKatia Yusmey Hidalgo Rodríguez cree que todavía quedan potencialidades: apenas13 de las 80 entidades avileñas aplican el Decreto 53 del 2021, que las faculta a definir el salario de sus empleados, por ejemplo

Igual criterio sostiene del Lácteo, que “logró tener, incluso, utilidades, buscando otras alternativas. Ahí está la natilla, comercializada frente a su instalación, sin gastos por concepto de transporte”. Similares elogios para la Industria Alimentaria o la Empresa Porcina.

—Ampliarían el objeto social, porque cerdos…

—No tendrán suficiente cerdo, aunque buscan ingresos en actividades secundarias de comercialización, producción o prestación de servicios, pues sucede que no hablamos solo de números. ¿O qué costo tiene perder la fuerza calificada de trabajo si usted no logra retenerla, incentivarla? ¿Qué garantías tendrá de que volverá cuando retome su objeto anterior y produzca el pienso, o lo importe a través de un proyecto de desarrollo, asociado a su empresa, digamos? El conocimiento y la especialización valen mucho”, enfatiza Yusmey.

A su lado, el Doctor en Ciencias Económicas Antonio Sánchez Sibello, miembro de la comisión que asesora a las empresas con pérdidas, asiente convencidísimo. con la sapiencia de quien calcula hasta el peso de las palabras: “Si ha cambiado la economía de esas empresas es, también, porque ha cambiado la mentalidad”.

Ese podría ser el mejor saldo que se saque de las cuentas.