Hotel Sevilla: Castañuela acallada en el corazón de la ciudad

Por Sayli Sosa Barceló
Fotos: Sayli
Una reparación promete devolver esplendor a la planta baja del emblemático hotel, pero todavía faltaría lo más urgente

El 6 de diciembre de 2013 —¡ya ha pasado casi una década!, ¡cómo vuela el tiempo, por Dios! — un forista dejaba el siguiente comentario en la página web del periódico Trabajadores: “Al final del bulevar se encuentra el Hotel Rueda, en ruinas, y también merece un artículo”. Sus palabras estaban motivadas por la pequeña nota que exaltaba los 12 años consecutivos como Vanguardia Nacional del hotel Sevilla.

Muy frescas estaban las celebraciones por el centenario del inmueble, inaugurado en 1910, luego de que el constructor José María Velice hiciera realidad los sueños de los emigrantes españoles, y aplatanados avileños, Alejandro Suero Balbín y José Ramón Fernández. El Sevilla se erigía en el corazón de la ciudad como paradigma del eclecticismo arquitectónico de inicios del siglo XX y lugar obligado que, en el pasado, había dado cobija a artistas de la talla de Libertad Lamarque y Jorge Negrete, o a políticos y sindicalistas como Eduardo Chibás y Jesús Menéndez.

Su excelente ubicación y la tradición gastronómica y hostelera hacían del hotel una referencia, a pesar de las carencias que el propio artículo periodístico hacía notar, sobre todo en el avituallamiento y el confort de las habitaciones. Nada que no pudiera salvarse con el buen trato del colectivo, el aire acogedor de sus espacios y un poco de atención. Por eso era tan notable la decadencia de su homólogo al final del bulevar.

Cinco años después, en octubre de 2018, finalmente el Hotel Rueda fue reinaugurado, justo antes de su centenario, y los papeles se invirtieron. Mientras el inmueble rescatado volvía a vivir años de esplendor, el humilde Sevilla acusaba cada día más achaques. Dijo el ensayista, novelista y poeta inglés Aldous Huxley que “quizá la más grande lección de la Historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”. Las evidencias que comprueban su hipótesis están por todos lados.

 

Ciego de Ávila. Hotel Sevilla. Es el más antiguo de los que en la actualidad prestan servicios en la provincia. Su dueño...

Posted by Barbaro Ricardo Martinez Hortelano on Saturday, December 26, 2020

Claro que una cosa no tiene que ver con la otra, estrictamente. Pero no deja de ser irónico que en las últimas décadas ambos inmuebles no pudieran compartir venturas al mismo tiempo.

En 2017, un asiduo comensal y eterno enamorado de ese “hotelito”, nuestro inolvidable José Aurelio Paz, lanzaba en clave de dolor anginoso, desde su sección Marcapasos, estas palabras:

 

“Y uno se pregunta, aun sabiendo que ha traspasado su centuria, por qué no se le toma en serio, más allá de pequeños maquillajes dados por sus propios obreros, si es uno de los orgullos más auténticos de aquí; una copla que, a pesar de los pesares y la abulia casi colectiva de muchos lugares emblemáticos, todavía es bien cantada, con la afinación exacta, gracias al amoroso diapasón de su dirección y sus trabajadores en un maridaje de amabilidad, único por ser cante jondo en los servicios”.

Reparación demorada

De pie en la puerta y vestidos con su habitual uniforme de impecable camisa blanca y pantalón negro, Emilio Martín León y Alexander Benedico Hernández parecen esperar a los clientes, aunque, en realidad, intentan escapar del polvo que se ha apoderado del salón. Adentro, una pequeña brigada de jóvenes constructores mueve andamios, descorcha techos, lija las puertas y pinta.

Están ahí desde finales de noviembre, cuando se decidió restaurar la planta baja del hotel y el compromiso era terminar antes de que concluyera el año. “Supuestamente iba a ser una obra entregada en 15 días y mira ya por dónde vamos”, lamenta Emilio, jefe de Recepción y Carpeta.

Que él recuerde, la anterior reparación databa de finales de los 90. “En 1995 cerramos y no volvimos a abrir hasta el 98”. No olvida las fechas porque está en el colectivo desde el 86-87; entonces era un muchacho que empezaba a adentrarse en el mundo de la hostelería como carpetero.

Alexander es más joven y lleva menos tiempo de trabajo (desde 1998), pero sabe que antes de esas acciones constructivas la instalación solo había sido remozada en 1980, como parte del plan de obras en saludo al 26 de Julio de ese año, en el que Ciego de Ávila fue la sede del acto central.

Ambos creen que lo primero a restaurar debió ser la planta habitacional: seis habitaciones de alta de un total de 22 parecen darles la razón. Pero el dinero de que disponía la Empresa Provincial de Alojamiento, entidad a la que pertenece el Sevilla, se las quita.

Apenas 1,5 millón de pesos tiene de presupuesto Carlos Alberto Pérez Linares, inversionista de la empresa y de la obra. La cifra se lee grande, mas, con los actuales precios de materiales y mano de obra, no lo es tanto. Habrá que exprimir ese uno y medio millón para lograr los objetivos de esta primera etapa: resane del techo y capiteles del salón, la recepción y el restaurante, cambio de luminarias, reparación del mobiliario (contratado con el proyecto de desarrollo local Artenex) y las puertas, y rediseño del área de Carpeta (en la actualidad está en licitación el proyecto).

ALTERNATIVASPara generar ingresos a pesar de la baja disponibilidad de habitaciones y de la parada que ha implicado las acciones constructivas, la administración del hotel ha debido echar mano de alternativas

Precisamente una cantidad similar es lo que ha dejado de ingresar el hotel por concepto de hospedaje, dice Fidel Cruz Pérez, director de la Empresa Provincial de Alojamiento, y le pone fecha probable de terminación a las acciones constructivas: 8 de marzo.

Apurar el paso

Es una fecha con la que no quería aventurarse Orisbel Ruiz Malbaez, jefe Comercial de la mediana empresa privada Constructora Renova, contratista de la obra. No porque rehúya las responsabilidades asumidas, sino porque las labores de restauración suelen ser más complejas que las de construcción, asegura. Además, porque no siempre los recursos están al alcance de la mano.

Reparación Hotel Sevilla SSB 1Al descorchar partes del techo pudieron comprobar que los daños eran mayores

De alternativas sobre la marcha puede hablar Yulián Sánchez Rivera, cuya juventud de solo 25 años no resta autoridad a sus palabras. “Tuvimos que innovar con las molduras de las cenefas, porque no había cómo hacerlas de yeso. Decidimos hacerlas de hormigón, que serán más duraderas. Eso mismo hicimos con los plafones”.

Hotel Sevilla SSB 2Yulián muestra los elementos prefabricados con hormigón

Los acontecimientos le darían la razón inmediatamente. Constantes filtraciones desde el antiquísimo tanque de agua del hotel (todavía por solucionar) pusieron a prueba las afirmaciones del joven técnico de Nivel Medio en Construcción Civil y especializado en Restauración. Los atrasos que acusa hoy la obra también tienen que ver con los daños estructurales provocados por la humedad en las losas y vigas del techo, los capiteles y las columnas.

Según Pérez Linares, los tanques plásticos para sustituir el viejo de hormigón, y la instalación hidráulica, ya están contratados con una empresa camagüeyana y son la prioridad dentro de la secuencia constructiva. Sin resolver ese problema no podrán avanzar a la segunda planta (cuando dispongan de financiamiento), donde todos reconocen está el nudo gordiano del hotel.

Hotel Sevilla SSB 3También los plafones se fabricaron con hormigón

Una planta habitacional disminuida y deteriorada que se lleva por delante la rentabilidad y pone en aprietos el aseguramiento de eventos de todo tipo en la cabecera provincial, toda vez que el Sevilla siempre fue la joya de la corona del alojamiento en la ciudad.

Todos los entrevistados reconocen que lo hecho en la planta baja no será nada comparado con la envergadura de lo que urge hacer en las habitaciones. Cuanto antes mejor.