Decían que era gordito, que el béisbol no era su mejor opción si quería brillar en los deportes, y hasta algunos llegaron a recomendar que pesista o luchador podría ser su futuro en la actividad del músculo, pero Yuddiel González Torres ya tenía un amor desde bien pequeño y le fue fiel hasta las últimas consecuencias.
“De niño iba al estadio José Ramón Cepero y me sentía como si estuviera en una gran fiesta. No había mayor diversión que sentir las emociones después de una gran jugada o un gran batazo. Un día vi a Yoelvis Fiss dar un jonrón que resultó decisivo y te juro que era yo el que daba la vuelta al cuadro. Ni soñar por ese tiempo que iba a ser su compañero de equipo en Los Tigres."
Es por eso que ahora habla con gran cariño de sus entrenadores, dice que “parece que fue ayer cuando comencé a entrenar con Tomás Creo a los nueve años de edad”, y con mucho respeto del desaparecido Félix Molina, que lo guió en la EIDE Marina Samuel Noble en las categorías escolares, y el campeón olímpico Dany Miranda, su manager en las filas juveniles.
“Es verdad que lo importante es poner empeño en superarse, pero si no tienes entrenadores que te ayuden, el camino se hace más difícil. Yo le agradezco a los que me enseñaron a querer y respetar este deporte, y si algo aprendí de todos ellos es que se debe confiar en uno mismo.”
— Pero en la categoría de mayores te ha resultado difícil ganarte la confianza de los preparadores…
— Es que comencé con el equipo hace cinco años, mi edad era solo 18. Estaban varios jardineros establecidos y era bien difícil que me hiciera un “hueco” para colarme en la alineación regular. Pero siempre traté de convencer cada vez que me daban una oportunidad. Fíjate que antes de esta serie mi promedio, sumadas las anteriores cuatro campañas, era de poco más de 300. Pero te digo que no es fácil salir a un juego con la seguridad de que, si fallas, al otro día no alinearás.
"Creo que por eso ahora salgo a cada choque como si fuera decisivo, no me presiono, pero sí le doy tremenda importancia a lo que debo hacer."
— ¿Qué le ha fallado al equipo en esta primera parte de la actual justa?
— No puedo darte una explicación, de verdad que no la encuentro, pero lo que sí te puedo asegurar es que el equipo se entregó, tal vez como nunca, a los entrenamientos. Todo lo que se hizo fue para arrancar bien arriba. Y mira tú, hemos comenzado muy mal, pero no creo que ese “mal” sea definitivo. Nosotros decimos que queda aún mucha carretera por andar.
— Y por último… ¿No te asusta ese promedio tan alto de 388 después de más de 100 comparecencias al cajón de bateo?
Fue entonces que el muchacho del reparto Vista Alegre, de la capital provincial avileña, actual miembro del equipo Cuba Sub 23, me dio la respuesta que le retrata como persona: “ahora mismo, si algo me asusta, es que el equipo no clasifique para los play off. Aunque al final termine con un buen promedio, mi satisfacción sería poca si no asistimos a la pos temporada”.