Una vida dedicada al deporte

En 1939 se inició como anotador del popular equipo de béisbol Regalías, el cuño del deportivo avileño. A partir de entonces creció la pasión de Antonio García Portal, Ñico, por la historia del deporte, al punto de que se dio a la tarea de recopilar fotos, estadísticas y documentos del accionar del músculo en el territorio, creando un incipiente archivo que, con el decursar de los años, se convirtió en uno de los más valiosos e interesantes de ese apasionante sector en el país, de acuerdo con el criterio de los especialistas.

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Tras el triunfo de la Revolución se abrieron nuevos horizontes para Ñico, con la ventaja de ampliar su arsenal estadístico y documental gracias al impulso que recibieron las diferentes disciplinas atléticas.

Entre sus contribuciones no puede soslayarse el sistemático reconocimiento a glorias del deporte cubano, atletas en activo, entrenadores y directivos, mediante el denominado Té Deportivo, que desarrolló durante 15 años en la sede del Consejo Provincial de las Artes Plásticas; además de la impresión de folletos con fotos y textos de distintos temas, y la colaboración sostenida con representantes de la prensa, estudiantes de la Licenciatura en Cultura Física de la Universidad de Ciego de Ávila “Máximo Gómez Báez” y otros sectores del territorio y provincias del país.

Figuró entre los fundadores del Movimiento de Historiadores Deportivos de Cuba en 1977. A partir de entonces, acudió a más de una veintena de plenos nacionales, donde en 10 ocasiones devino historiador más destacado de la nación, a lo cual sumó cinco premios en el concurso que anualmente auspicia el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación.

Por su abnegada labor asistió como invitado a los XI Juegos Deportivos Panamericanos, celebrados en La Habana, en 1991; recibió la distinción Mártires de Barbados, así como reconocimientos de la Dirección Provincial de Deportes, el Archivo Histórico Provincial, el Museo Provincial Coronel Simón Reyes Hernández y las máximas autoridades del organismo deportivo en el país.

Como presidente del equipo provincial de historia del deporte, realizó una extraordinaria labor, pues posibilitó que significativos resultados de atletas avileños en diferentes etapas no pasaran al olvido y fueran conocidos por las nuevas generaciones.

Ñico, quien nació el nueve de noviembre de 1924, en el sureño poblado de Júcaro, fue un hombre extraordinariamente sencillo y con una ejemplar conducta, siempre presto al gesto altruista y solidario.

Indiscutiblemente, el mejor homenaje a quien desapareció físicamente el 30 de enero de 2016, paradigma para las presentes y futuras generaciones, es que la futura sala del deporte de Ciego de Ávila ostente su nombre. Honor a quien honor merece.