Se hace salud al andar en Ciego de Ávila

Cada vez se torna más habitual la presencia de personas caminando por calles, plazas o áreas deportivas, sobre todo en los horarios del amanecer y bien entrada la tarde.

Por el modo en que lo hacen: con una cadencia sostenida, y por el atuendo que visten: monos deportivos, enguatadas, gorros, capuchas…, es obvio que no se trata de la caminata normal para ir al trabajo, a la cremería, al hospital, a visitar a un amigo…

Si bien en mis años mozos correr era la alternativa a la que mucha gente se aferraba para bajar de peso, los últimos tiempos han ido concediéndole curiosa preponderancia a la opción de caminar, con fines también de salud y de estética corporal.

Conscientes o no, miles de avileños se han convertido en practicantes sistemáticos, por medio de una actividad que se disfruta, beneficia al organismo y le imprime a la ciudad una sensación de sosiego, de realización, de calidad de vida.

“Así es”, admite con satisfacción Yilian Castillo Sánchez, directora del Centro Provincial de Medicina deportiva. “Caminar es un excelente ejercicio que beneficia a la salud humana y si, además, se acompaña con una adecuada preocupación por los hábitos alimentarios, entonces resulta mucho mejor. Así me lo han dicho varias personas, algunas de más avanzada edad, quienes refieren mejoría en las articulaciones, más amplitud en ellas…”

En conversación con varios ciudadanos, he conocido que caminan por inspiración o decisión propias, ¿Acaso se requiere una indicación o seguimiento por parte de los especialistas?

Mujer haciendo ejercicioComo para todo ejercicio físico, el calentamiento previo no viene mal—No precisamente. Caminar no es correr, no es la gimnasia aerobia o la actividad donde intervienen aparatos e implementos deportivos. En todo caso, lo que requeriría, como otros ejercicios, es, quizás, un calentamiento previo, para evitar dificultades.

Así afirman haberlo hecho los jóvenes Carlos Alberto Martínez y su compañera Celia Pérez Valdés, antes de incorporarse, por vez primera, a la pista de atletismo ubicada en la Avenida de los Deportes, en Ciego de Ávila: escenario ampliamente concurrido por personas de todas las edades.

“Queremos bajar un poco de peso, estar en buena forma desde el punto de vista físico; es nuestro primer día y nos ha ido muy bien, de manera que pensamos seguir viniendo a caminar”, reitera Carlos.

Con más horas-pista, Yurmirquis Martínez, trabajadora de la Salud, tiene motivos para sentirse atrapada por esa forma de ejercicio físico. “Suelo venir caminando, darle tres o cuatro vueltas al terreno, y trasladarme luego hasta el gimnasio biosaludable del Parque de la Ciudad, donde cierro con broche de oro y sin exagerar.”

A su lado, sin dejar de caminar, la jovencita Elisbeth Julia Castillo sonríe con cierta timidez, segura de que, si otras muchachas de su edad y personas más entradas en años han bajado de peso, ¿por qué ella no va a conseguirlo igual?

El asunto no es nuevo. Publicaciones y sitios especializados, médicos y conocedores del tema, coinciden en que caminar tiene una amplia gama de beneficios para la persona que se decide a hacerlo de forma sistemática.

Entre otras ventajas, disminuye el peligro de hipertensión, puede reducir el colesterol, previene la aparición de diabetes, mejora la vida sexual, aumenta los niveles de vitamina D, baja el peso corporal mediante la quema de grasa, evita la obesidad y los depósitos de celulitis, contribuye a tomar menos medicamentos, favorece la respiración, la circulación y previene el surgimiento de várices, tonifica piernas, glúteos y abdominales, es bueno para los huesos, combate el cáncer de mama y disminuye el riesgo de contraer el de colon, fortalece el corazón, enfrenta al estrés y aleja el riesgo de complicaciones en los vasos cerebrales.

Conocido es, también, el modo en que entran en actividad un importante número de músculos, incluso más allá de los que intervienen directamente en la locomoción.

Y no puede ser ignorado un elemento que han resaltado varios ciudadanos: caminar no requiere muchos recursos. En todo caso, voluntad, y esa puede ser inagotable dentro del caminante. Tampoco ocasiona mucha más pérdida que aquello perjudicial para el cuerpo: grasa, sudor, impurezas, obesidad, riesgo de diversas complicaciones.

En fin que, si para el poeta español Antonio Machado ante el caminante no hay camino, para miles de avileños sí lo hay, porque han encontrado una envidiable manera de hacer salud al andar.