Rubén Valdés: más que sueños, confesiones

En esta Serie Nacional anda bien a la ofensiva, cuando se le compara con otras. Las no muy buenas manos se han transformado en más seguras que las de otras temporadas. Los ajustes técnicos y en la mentalidad lo llevaron a convencerse de que un pelotero con 11 Series Nacionales y 32 años todavía puede ser joven y rendir en los diamantes.

Rubén Valdés Expósito asiste a su mejor campaña como pelotero.

• En no pocos partidos ha sido el más destacado de Ciego de Ávila

Comenzó a jugar en su natal Ranchuelo, un pueblito modesto, al cual defiende con las uñas y lo ve como si fuera la capital del país más encumbrado del mundo.

Desde muy pequeño se destacaba por su bateo, excelente defensa y un potente brazo. Estas características rápidamente captaron la atención de los entrenadores de su municipio y posteriormente pasa a formar parte de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar Marina Samuel Noble y del equipo Ciego de Ávila, en categorías inferiores.

Destaca entre sus logros el subcampeonato nacional juvenil en el año 2007 (discutieron el título ante Ciudad de la Habana). Debutó en la 50 Serie Nacional de Béisbol, en el año 2010, teniendo un excelente año de novato con average de 354, en 46 partidos jugados y una loable actuación en la postemporada, donde bateó para 286 y empujó seis carreras, solo una menos que en toda la etapa regular. Junto a los Tigres avileños ostenta tres títulos de Cuba y es de los que piensa que su equipo puede lograr el cuarto en la presente campaña.

Vea estadísticas de Rubén Valdés en Series Nacionales

Rubén te recibe como siempre, con una sonrisa y un dime, qué quieres.

—¿Estás jugando la mejor serie de tu vida, por rendimiento y por entrega?

—Soy un pelotero a quien le gusta jugar todos los días. Lo mío es el béisbol. Me he dado cuenta que muchas veces los éxitos y fracasos dependen de uno mismo, de las limitaciones que uno se imponga. Hasta ahora no lo había hecho con tanta rigurosidad, pero el tiempo pasa. Por eso la fórmula es entrenar y entrenar, más si he pasado parte de mi niñez y toda mi juventud en la pelota.

• Otras declaraciones a través de las redes sociales de Internet

Declaraciones del antesalista avileño Rubén Valdez en su accionar en la 61 SNB

Posted by Yas Ayón on Tuesday, April 19, 2022

—¿Tiempo que no habías aprovechado bien?

—Creo que lo había aprovechado, pero, como dices, no bien del todo.

—Tengo la impresión de que ahora eres más propenso a meterte en conteo…

—He mejorado mucho en ese sentido; a estas alturas tengo más conciencia y disciplina en el plato. A veces es como si no fuera yo, porque normalmente era muy agresivo en home. Era un bateador un poco desesperado, me iba con bolas malas. Isaac Martínez me ha ayudado a esperar y elegir los buenos lanzamientos. ‘Ecuanimidad encima de home, mucha ecuanimidad’, no deja de repetirme Isaac.

—¿A qué lanzador admiras más?

—A Yander Guevara, uno de los lanzadores más guapos y corajudos que he conocido. Es de mi pueblo y desde pequeños andamos juntos. Es mi compañero de cuarto y también me aconseja cómo batear, cómo aprender la filosofía de un lanzador, cómo estudiarlo, sacarle provecho a cada turno al bate. Me aconseja acerca de cómo piensa un lanzador y yo le digo cómo lo hace un bateador, aunque, en la realidad, él me ha ayudado más a mí que yo a él.

“También admiro a Yoany Yera, por lo difícil que se me hace”.

—¿Todavía te sientes guajiro?

—Claro que sí. Me gusta el campo, la gente humilde del campo y de mi pueblo. Soy un guajiro que aprendió a jugar pelota en la manigua. Esa pelota, la manigüera, la llevo en la sangre.

—¿Cómo te consideras en el plano personal?

—Una persona sencilla, noble, muy de pueblo, que se lleva con todo el mundo y le gustan mucho los niños. Me gusta jugar dominó, compartir con los amigos y estar en mi casa, con la familia.

—Aunque no seas una estrella, ¿has cumplido con tus sueños? ¿Te sientes satisfecho con tu labor de pelotero?

—Mis sueños se cumplirán si los Tigres logran ser campeones de Cuba por cuarta ocasión. Satisfecho, no. Siempre quedan cosas por hacer, pero la pelota es mi vida. Al menos, intento dar lo mejor de mí en cada salida y he aprendido que todo ser humano puede mejorar en la labor que desempeñe. Eso me está pasando, ¿verdad?