No es quimera boleto de Ciego de Ávila en béisbol cubano

No creo que sea una quimera aspirar a que Ciego de Ávila se convierta en uno de los cuatro equipos que logre el boleto de clasificación directa a la segunda fase de la LIX Serie Nacional de Béisbol en Cuba.

Es evidente que los tres juegos de diferencia que tiene Santiago de Cuba, ocupante del cuarto escalón en estos momentos, no resultan una diferencia insalvable, aunque también es verdad que el pitcheo de relevo que presenta Ciego de Ávila obliga a ser moderados a la hora de atisbar el horizonte de Los Tigres.

Es tan pobre el desempeño de los supuestos “apagafuegos”, que el Promedio de Carreras Limpias (PCL) es de 7,48, que es como decir que el contrario tiene asegurada una carrera por cada inning que labore cualquiera de esos tiradores de “emergencia”. Así no se puede aspirar a ganar.

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No es fácil para un tirador abridor saber, antes de iniciarse un encuentro, que no puede excederse de lanzamientos, pues sus posibilidades de victoria serán mínimas, aun cuando abandone el montículo con ventaja. Dachel Duquesne puede dar fe de ello.

Súmese que la defensa aparece también entre las más deficientes del campeonato (964) con 26 doble play facturados, en tanto a sus receptores les han salido 12 corredores al robo y solo han capturado a tres.

Por eso no resulta contradictorio que siendo el equipo que más batea (326), ahora mismo aparezca en el onceno puesto en la tabla de posiciones, cuando restan 21 partidos para concluir el calendario oficial.

A favor de los tricampeones nacionales está el hecho de que luego de enfrentar durante miércoles, jueves y viernes a Mayabeque, jugarán en casa cuatro subseries consecutivas.

En el estadio José Ramón Cepero la escuadra tiene balance de seis sonrisas y solo tres amarguras, mucho mejor que el adverso seis y nueve que muestra como visitante.

Es posible que ante Los Huracanes los avileños puedan depender, en dos de los tres partidos, de las labores monticulares de Duquesne y Yander. Veremos cómo les va, pero no olvidar que ese rival, tradicionalmente, le da mucha guerra a los de la Tierra de la piña.