Y el lector dirá: ¿pero por qué los aplausos al ajedrez avileño en las últimas lides, si apenas conquistó el noveno puesto en la categoría pioneril y el onceno en la escolar? Pero el periodista no acostumbra a los elogios sin explicación.
En primer término, debe recordarse que en la pequeña Olimpiada Escolar del pasado año los representantes locales concluyeron en el último escaño, algo de lo que en su momento Invasor fue bien crítico, por un sencillo detalle: es imposible esconderse en la justificación de que “no había condiciones en los entrenamientos”.
No es que Ciego de Ávila sea una potencia a nivel nacional, pero sí tiene una tradición que incluye el mérito de que dispares campeones nacionales sean de esta tierra: El Maestro Internacional Eleazar Jiménez y el Gran Maestro Luis Ernesto Quesada.
Pero además, en el evento Pioneril nuestros representantes fueron primeros en las pruebas técnicas y en el escolar se ubicaron cuartos en esa propia modalidad.
Desde el punto de vista individual las palmas para Brayan León Infante, quien con solo 13 años conquistó la medalla de plata y agregó 38 unidades a su coeficiente Elo, que ahora es de 2020.
En resumen, para los entrenadores de Ajedrez de la EIDE Marina Samuel Noble, el 2025 debe ser un aliciente para proponerse metas superiores el próximo año.