Las crónicas “feisbukianas” de Enelio

Hay un movimiento deportivo amateur en los barrios que bulle tanto como el profesional. Y hay, por supuesto, quien lo cuenta en las redes sociales de Internet

Enelio Pie/Facebook Pedí el número de la Dirección Municipal de Deportes del municipio de Venezuela al servicio 113 y cuando llamé no respondió nadie. “¡Claro!, son las 12:00, están almorzando”, me dije, pero la premura del cierre me obligaba a buscar alternativas.

Yo quería escribir sobre el movimiento deportivo allí, porque a veces cuando una dice, o repite, “se realizaron actividades en las comunidades”, no queda claro quiénes, con qué, cuándo, y sobre todo, por qué; con qué motivaciones. Hay que tener muchas ganas para levantarse un fin de semana y proponer competencias bajo este sol amelcochador y tragarse el polvo rojo, o en su defecto, enfangarse. Eso pienso yo, pero si le hubiera preguntado a Enelio Pie, por ejemplo, me habría dicho todo lo contrario.

Es lo que intuyo husmeando en su perfil personal en Facebook, adonde he llegado de rebote, buscando la huella digital del deporte avileño, al que podrán faltarle ahora mismo nombres “hacia afuera”, pero que, a juzgar por la retahíla de publicaciones de Enelio —al que probablemente lo conozcan mejor por El Yera—, le sobran en Venezuela.

Cómo si no entender ese júbilo cuando escribe, al mejor estilo de los cronistas deportivos: “En una semifinal rompecorazones, los muchachos de la Casimba, viniendo de abajo, lograron derrotar a los Faranduleros con pizarra global de 2 partidos por 1. Esta vez nadie cortó el cable, hoy nadie rompió el puente, ganó el béisbol five en Venezuela. ¡Cierren el puente y saquen los tambores muchachos, que ya están en la Gran Final!”.

Esa finalísima entre La Casimba y Los Cazadores, por cierto, se desarrollaba justo cuando yo emborronaba estas cuartillas, por tanto, les debo el desenlace, o mejor, se los debe Enelio, que de seguro algo publicó.

Como mismo hizo con la Edición 22 de la Copa de Fútbol Sala Raúl Bueno in Memoriam, en la que intervinieron nueve equipos: “buen fútbol, excelente organización, entrega de sobra, directores técnicos exigentes, fino arbitraje, púbico expectante..., y un Campeón: Macizo Cañero”.

Y luego, con igual emoción y jerarquía, unas fotos de chamaquitos alegres en Carolina, jugando a saltar la soga o a la pelota con la mano.

Una dice o repite “se realizaron actividades en las comunidades” y está obligada a ponerle nombre y apellidos a los artífices del milagro de la recreación en los barrios. Un milagro que, como diría el cantor, sale del amor con que se amasan los sueños y las ganas, ese barro maravilloso del que está hecho gente como Enelio o los protagonistas de las escenas que describe en Facebook, a quienes esta periodista les debe una crónica mejor.