Hasta ASU 2025, con bici, arte y pesas

Ana Carla González quiere participar en torneos internacionales como solista del equipo Cuba. Randol Izquierdo quiere llegar a competir en carreras del World Tour. Yulieski Martínez quiere subirse algún día al podio olímpico.

Junto a esos grandes propósitos deportivos, los tres comparten otros aspectos. Son avileños y forman parte de la delegación nacional a la II edición de los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025 (ASU 2025), desde este sábado y hasta el 23 de agosto.

Al igual que tienen puntos comunes, existen diferencias entre cada uno. Ana Carla González Morales es la más joven. Apenas cumplió los 15 años. Su mamá ofreció su consentimiento para que le respondiera a Invasor y su hermana dice que todavía es muy tímida.

 anaCortesía de la entrevistadaPara Ana Carla la natación artística es su constanteAcorde con su generación, Ana Carla prefiere contestar el cuestionario a través de WhatsApp que frente a un periodista con una grabadora de por medio. Aparte de eso, al momento de la entrevista se encontraba en una base de preparación en La Habana.

Cuenta que le gusta dibujar y ver películas. Por supuesto, en los tiempos libres. Aunque es aún una adolescente, tiene responsabilidades quizás impropias de su edad. El ritmo que impone su vida difiere de la de muchos de sus contemporáneos.

Ana Carla integra el equipo nacional juvenil de natación artística. Para alcanzar ese nivel, necesitó comenzar desde los cinco años. Seguramente le gustaba la piscina y los profesores de la disciplina vieron cualidades que podían desarrollar. Hecho.

Una década después, la natación artística es su constante. “Si dejara de practicarla, me faltaría algo”. No le hace falta decir más. No le hace falta decir siquiera que ese algo es muy importante. Ella lo demuestra con perseverancia. “Todos los días tenemos un momento dedicado a mejorar la flexibilidad, también hacemos gimnasio y ejercicios aeróbicos en el agua”, dice.

En estos momentos está de vacaciones, pero durante el período lectivo las implicaciones de ser deportista de alto rendimiento son mayores. Para un evento continental, la preparación demanda más tiempo y exigencia de la habitual.

“Hemos trabajado intensamente en base a los elementos que nos afectaron en la clasificación. Creo que debo seguir enfocándome en la concentración, pues considero que soy fuerte y resistente”, reflexiona.

Como su propio nombre indica, esta disciplina combina elementos artísticos y deportivos en conjunto. Por tanto, la sincronización también es una de las claves.“Ese ha sido nuestro punto débil”, admite. Pero la relación de nosotras y la entrenadora es muy buena. Ella ha seleccionado la música entre las opciones que le damos para montar las coreografías”, revela.

Sin dejarse amedrentar, Ana Carla es consciente de que ASU 2025 será una lid difícil. “Tenemos siete rutinas, con par de duetos y tres equipos. Hay países muy bien preparados, como México o Chile. Nosotros queremos dar una buena impresión y seguir sumando experiencias para próximas competiciones. Yo me siento muy orgullosa de haber llegado tan lejos”, finaliza.

Paraguay puede ser un punto de partida para Ana Carla. Una de sus primeras veces en piscinas internacionales. Un antes y un después. Para Randol Izquierdo es diferente. Paraguay no representa un inicio. Hace mucho que él está sobre la rueda de resultados relevantes.

 randol izquierdoEntre los más avezados juveniles de Ciego de Ávila: Randol Izquierdo

Recientemente, el pedalista avileño fue el mejor ubicado entre los cubanos en el Tour Ciclístico de Panamá. Terminó en el decimotercer puesto de la clasificación general y en el tercero entre menores de 23 años. “Dentro de lo que cabe, es un buen resultado, porque adonde quiero llegar a tope es a los Juegos Panamericanos”, comenta.

Se le siente en la voz que está inconforme con la medalla de bronce. Randol envía audios desde Panamá, donde ha finalizado su ruta crítica. Habla de forma distendida, con notable madurez, como quien entra en una nueva etapa.

Hijo y sobrino de ciclistas, aprendió a montar bicicleta desde los cinco años. A los ocho descubrió con todos los detalles las distancias entre aquella actividad de disfrute y la práctica del deporte en una academia.

“El ciclismo exige demasiada disciplina. La rutina comienza levantándote temprano para hacer los ejercicios de calentamiento. Después, estás entre dos o seis horas sobre la bicicleta. Por la tarde, gimnasio, y, por la noche, estiramientos. Es todo el día dedicado al ciclismo”.

Pertenecer a la élite del ciclismo cubano no solo depende de talento, sino que impone otros sacrificios y otros retos. “Intento instruirme y alimentarme lo mejor posible; pero hacer una dieta es muy difícil”, dice. “Las condiciones son duras en general. Es un deporte bien caro. No tengo bicicleta para prepararme bien en mountain bike”, concluye.

Sin empezar la carrera, Randol parte con desventaja. Tras obtener un cupo en el Campeonato Panamericano de Mountain Bike en Costa Rica, le ha sido imposible entrenar como deseara. Por eso, se ha enfocado mayormente en la prueba de ruta, a la cual clasificó tras su victoria en el Campeonato del Caribe en Guyana.

“Son carreras de un día. La suerte influye un poco, aunque lo principal es estar bien preparado. Tenemos que apoyarnos en equipo. A cualquiera de los tres se nos puede dar. Mi mentalidad es ganadora siempre”, comenta.

Randol conoce el significado de correr en equipo tanto como el manubrio de su bicicleta. “Parece un deporte individual porque solo uno gana. Pero ni el mejor ciclista del mundo sería capaz de hacerlo si no lo acompaña un equipo. El equipo se conforma de un líder y varios gregarios”.

Un gregario reserva en sus piernas la responsabilidad de empujar a ese líder hasta la medalla de oro. Es quien cubre del viento al otro, quien ofrece su bicicleta si al otro se le ponchara, es quien hace el trabajo sucio u oculto. Gregario o líder, Randol representa no únicamente a Cuba, también a la histórica escuela del ciclismo avileño.

A Yulieski Martínez García nadie lo acompaña. El levantamiento de pesas es una disciplina solitaria. Tiene a los entrenadores para apoyarlo, pero a la hora cero es él, con su fuerza física y mental aliadas.

Los menos avezados en estos temas suelen pensar que la halterofilia es un deporte de puro músculo, que el mejor es el que dedica más tiempo en el gimnasio. En parte es así. Sin embargo, Yulieski le otorga un valor casi mayor a la preparación psicológica.

“Es fundamental para el rendimiento de un pesista. Antes de cada intento, uso técnicas como la respiración profunda, el enfoque en el presente y la visualización de mis levantamientos con confianza. Intento mantener la concentración y controlar los nervios”, escribe en WhatsApp.

En cada palabra, Yulieski proyecta una seriedad inusual para sus 19 años. El deporte le ha ido forjando ese carácter. Sus inicios fueron en el municipio Primero de Enero, cuando cursaba el sexto grado. “Yo quería salir por la televisión y que mi familia se sintiera orgullosa de mí”, recuerda.

Aquellos anhelos de niño, hoy comienza a cumplirlos. Acaparó titulares de la prensa cubana al imponerse en arranque, envión y total en la división de 65 kilogramos de los Juegos Nacionales Juveniles de Halterofilia, con sede en el municipio de Güines, en Mayabeque. Previamente, con cinco kilos menos de peso, se colgó dos preseas de plata en el Panamericano Juvenil de La Habana, clasificatorio para la cita continental en Asunción.

Bajo la supervisión del medallista de bronce olímpico en Beijing 2008 Yordanis Borrero, el avileño aspira a los tres oros en la capital paraguaya. Así lo dejó saber en una entrevista con JIT. Quizás fue más cauto con Invasor en sus declaraciones. Se limitó a decir que iba en busca de una medalla.

No se trata de falta de confianza. Se trata de las vicisitudes que atraviesa en su carrera. “Ser pesista, hoy en Cuba, implica muchos desafíos. Muchas veces entrenamos con equipamiento viejo. Nos faltan recursos y una buena alimentación. La calidad de la dieta es clave. Para asegurar energía y recuperación óptima, se necesita un correcto balance nutricional. A eso se suma que, al llegar al alto rendimiento, hay que corregir errores técnicos que vienen desde la base”, expone.

Yulieski, de todas formas, carga con muchos sueños. Rendirse nunca ha estado en los planes. Subir peso en la palanqueta sí. “Me gustaría crecer como atleta integral. Tener más experiencia, mejor preparación física y mental. Y ser un ejemplo para las generaciones que vienen detrás. Seguiré luchando con disciplina, pasión y el deseo de representar dignamente a Cuba”.

Además de Ana Carla, Randol y Yulieski, esta central provincia estará presente en Asunción mediante la voleibolista Yensy Kindelán Iznaga, la saltadora Yainelis Martínez Morales y los velistas Elizabeth Buchillón Lorenzo y Miguel Ángel Abad Díaz.

Cuba se inscribió en un total de 28 disciplinas con 231 deportistas. Así, superó la delegación de Cali-Valle. En tierras colombianas, la Mayor de las Antillas finalizó en la quinta posición general con 70 medallas, repartidas en 29 áureas, 19 plateadas y 22 de bronce.

Más de 4000 atletas del continente se reunirán en Asunción, con la posibilidad para algunos de acceder a los Juegos Panamericanos de 2027. De acuerdo con el sitio oficial, la segunda edición de la competencia juvenil promete ser un hito para el deporte en Paraguay.