Ha llovido mucho —o han caído muchos goles—, desde que en aquella tarde del año 1995, a gradas repletas, el once de Pinar del Río derrotara a Ciego de Ávila (2-0) en la discusión del oro de la 81 Liga Cubana de Fútbol, en el estadio José Ramón Cepero.
Este sábado se repetirá la historia. Avileños y vueltabajeros, a partir de las 3:00 de la tarde, en el campo deportivo Sergio Alonso Grandal, dirimirán el título del Torneo de Apertura de la actual campaña futbolera.
Y gracias al archivo de Invasor, hoy podemos recordarles que aquel partido se jugó con la presencia de más de 20 000 aficionados y que entre los integrantes de la escuadra local aparecían Alexis Sáez, Tobio Mora, Ángel Carvajal, José Raúl López, Jorge Luis Pérez y Eugenio Aragón, y los juveniles Léster Moré y Lázaro Reley, todos ellos ratificados o incorporados después a la preselección nacional.
Ahora será un duelo entre dos equipos con historia en el fútbol cubano de las últimas cuatro décadas. Los visitantes suman siete coronas desde 1987, mientras que los dirigidos por Lorenzo Mambrini cuentan con cinco (1993, 2001/2002, 2003, 2009/2010 y 2014)
Los anfitriones vienen de lograr un resultado perfecto en la fase clasificatoria, ya que merecieron siete triunfos, en igual número de salidas, con 18 goles a favor y solo dos en contra; mientras que los visitantes ganaron cinco choques, perdieron uno e igualaron otro, con la suma de 12 tantos anotados y solo tres permitidos.
Del juego táctico del actual Pinar del Río no puedo opinar, pues no he visto su desenvolvimiento en la cancha, pero sí del estilo que ha caracterizado a los equipos de esta provincia en los últimos años: disciplina táctica y objetividad en cada toque.
En el caso del once avileño, ya no es aquel conjunto que destacaba por la armonía y el taca-taca para hacer vibrar de pasión a las gradas. Ahora no juega tan bonito como antes, pero sí es mucho más vertical y bien disciplinado en la defensa.
Quien escribe, por tanto, no se anima en los pronósticos a dar de favorito ni a uno ni a otro. Lo que sí desde ya adelanta es que el espectáculo futbolístico de este sábado merece que sea con las gradas abarrotadas. Ojalá que así sea.