No digo que es la sentencia. No digo que el equipo está super distante de lo que fue. Solo digo que Los Tiburones dejaron una pésima impresión en su caída, este sábado, por 3-0, ante Las Tunas, en el estadio Sergio Alonso Grandal. Sus aspiraciones de estar en el Torneo de Clausura de la 106 Liga Cubana de Fútbol se ven oscuras. Aunque, acoto, no es imposible.
• Aquí el anterior partido de Ciego de Ávila
Porque no es tanto la goleada lo que preocupa, fue la forma en que encaró el equipo un marcador adverso apenas en el minuto 12, cuando el tunero Juan Andreus Milanés abrió la cuenta. Lejos de aunar esfuerzos y variantes para encontrar brechas, fue la impotencia, y hasta las discusiones entre sus jugadores, la respuesta al momento. Y era vital encontrarla en la cabeza y los pies.
En el fútbol, y en el deporte en sentido general, un equipo puede ser inferior a otro en posibilidades técnicas y tácticas, pero no debe nunca abandonar una máxima de los juegos colectivos: si nos desunimos, dejamos de ser equipo.
Osvaldo Tachini, un técnico italiano que acompañó al balompié avileño en los últimos años del anterior siglo, me comentó, después de una derrota del equipo local, que en este deporte no solo decide lo táctico, sino la armonía de cumplir tareas durante 90 minutos. Y este sábado los avileños se olvidaron de ese principio.
Luego de ese primer tanto inicial, el propio Milanés aprovechó en el minuto 17 una molotera frente al arco local para, de cabeza, conseguir el 2-0, y en el 45 Osniel Tristié le puso “la tapa al pomo”.
Es verdad, en las comparaciones, jugador por jugador, este once no es el mismo que el que deslumbró en la última Liga Cubana, pero advierto: tiene elementos para conseguir más que lo alcanzado hasta el momento.
Ahora, en la tabla de posiciones del grupo oriental aparece precisamente Las Tunas en el primer lugar, con 13 puntos, y luego, en orden, Santiago de Cuba (10), Guantánamo (9), Granma (8), Camagüey (7), Ciego de Ávila (5), Holguín (1) y Sancti Spíritus (1).