Fin de semana para tres boletos

Numeritos van y numeritos vienen ahora que se trata de saber las posibilidades de Ciego de Ávila de clasificar para la postemporada de la LVIII Serie Nacional de Béisbol, pero la ecuación más sencilla es aferrarse al número mágico, que en este caso es dos, o lo que es lo mismo, la sumatoria de los éxitos de Los Tigres y los fracasos de Industriales.

Es decir: dos reveses de los capitalinos ante Holguín en su última subserie y ya los avileños habrían obtenido el pasaporte, aun cuando perdieran los tres ante los del centro. O viceversa: dos victorias de los nuestros serían suficientes para el propósito, aún cuando Los Azules ganaran todos sus partidos.

Pero antes de las reflexiones sobre el asunto, no puedo evitar referirme a la noticia más importante que ha tenido el béisbol cubano en el presente siglo: el acuerdo que acaban de firmar la Federación Cubana de Béisbol y las Grandes Ligas (MLB) estadounidenses.

Habrá tiempo para profundizar en el asunto; sin embargo, desde ya se pueden hacer dos aseveraciones: nuestro béisbol tendrá cambios radicales, para bien, a partir de este acuerdo, y se pone fin al tráfico ilegal de jóvenes peloteros que, no pocas veces, vieron peligrar sus vidas.

NARANJAS Y TIGRES

Más allá de que ambos conjuntos están inmersos en lograr el boleto para los play off, los tres duelos entre Ciego de Ávila y Villa Clara también deciden cuál de los dos termina en la segunda posición; con ello, ganar el derecho de ser el segundo en pedir refuerzos el venidero jueves.

Esa segunda plaza garantiza que el play off semifinal inicie en casa, algo que, aunque no resulte determinante, sí beneficia al agraciado, pues, en caso de ser necesario, tiene la oportunidad de regresar a sus predios a dirimir los dos últimos partidos.

Los Naranjas vienen de perder su subserie, como anfitriones, con el colista Holguín. Por cierto, Los Cachorros tendrán protagonismo en este final del calendario, porque enfrentan a Industriales en el estadio Latinoamericano.

En los últimos seis compromisos, los avileños han salido airosos en cinco. Roger Machado ha recibido la grata nueva de la ostensible mejoría de Miguel Lahera, quien ahora podrá cumplir las funciones de abridor o relevista, tanto intermedio como “matador”.

Algunos han puesto en tela de juicio la efectividad de los refuerzos adquiridos en esta segunda fase, mas lo cierto es que, desde el punto ofensivo, Jefferson Delgado (356), Edilse Silva (348) y Orlando Lavandera (295), han tenido un gran aporte en el ataque. Sin ellos, un tigre menos fiero rugiría. Eso sin contar la significación de Lázaro Blanco desde el box.

Si de ofensiva se trata, debe reconocerse que el tercer bate, Raúl González, compila 311, con 49 remolcadas. El camarero avileño es de esos jugadores necesarios en los choques cruciales.

Los tricampeones nacionales han sido los mejores a la defensa, al extremo de promediar 976 en una lid que se ha caracterizado por ser de las peores en este sentido, pues la media anda por 971.

El mal mayor del conjunto, su pitcheo de relevo, podría no incidir tanto en la postemporada, toda vez que Machado podrá optar por pedir dos apagafuegos como refuerzos, y a esto se agrega que, en determinado momento, un abridor pueda hacer las funciones de relevista.

Pero primero la escuadra debe ganar el derecho de estar entre los cuatro grandes. Veremos si este fin de semana se disfruta del alegrón.