Descarga antes de la solemnidad

Discúlpeme usted, periodista, si le digo estas cosas que hacía tiempo tenía deseos de decir. Me había jurado no venir más al estadio hasta que los Tigres no discutieran de nuevo un campeonato, pero hoy es un día especial.

Mis hijos dicen que soy un mal aficionado, en cambio saben que nunca aprendí, y desde luego que ya no voy a aprender, ver perder a mi equipo, que mucho que pude aprender cuando comenzó a estar en los play off y ni siquiera un jueguito sabíamos ganar. Pues sí. Mucho que sufrí.

Por eso me dije que hoy no podía faltar en el Cepero, porque ese hombre al que le harán el acto de despedida del deporte activo fue el “causante” de arrancarnos aquel sambenito de “Tigres sin garras”. Usted debe saberlo muy bien, pues hay peloteros que, por esas cosas extrañas de la vida, no nacieron para ser figurillas en la prensa. Yo le digo que Yoelvis Fiss Morales es uno de ellos.

fiss familia

No, no, no. No se disguste porque yo le diga estas cosas. Yo no digo que ustedes lo hagan con intención, sin embargo, es que, en esta y en cualquier época, han existido peloteros que nacieron sin estrellas. ¿O me va a decir que usted no es de carne y hueso y que no siente más simpatía por unos que por otros? ¡Por favor, no me venga con eso de que usted es un profesional, pues antes de serlo tuvo que ser aficionado como yo!

Pero no crea que pienso que Fiss es el único héroe de los tres títulos de mis Tigres. Todos sus compañeros fueron protagonistas. A todos los aplaudí y aplaudo, mas no quiero que ahora, cuando nos dice adiós como atleta, se vaya a olvidar a quien traía las carreras para el home cuando la caña estaba a tres trozos. Porque olvidar, para muchos, es la cosa más fácil.

A ver, dígame usted: ¿Aún recuerda cuando unos años atrás Fiss tenía un brazo para respetar, era un demonio en las bases y las porque fulano tiene esta o más cual herramienta. ¡Ay, periodista, la desaparecía por cualquier banda del terreno! Y ahora escucho… “herramientas eran las que tenía Fiss, en cambio, ni ustedes ni los técnicos de la Comisión Nacional tuvieron ojos para verlas”.

Le juro que yo no vine al Cepero a “descargarle” a usted y a sus colegas, aunque fastidia saber que un pelotero de su magnitud no haya integrado ningún equipo Cuba para una competencia importante. Estoy seguro, segurísimo, de que si por aquel tiempo hubiesen desaparecido las medidas del bloqueo contra nuestro béisbol, este que ahora se retira, hubiera jugado también en Grandes Ligas.

Mire, ya no lo voy a mortificar más. Va a comenzar la ceremonia. Este sábado voy a esperar a que me traigan a casa el Invasor. Ojalá escriba algo de lo que he dicho. Fiss merece más que su mejor crónica.

fiss reconocimiento