Colaboradores avileños: la virtud de expandir lo mejor

Se desplazan con una agilidad a tono con el ímpetu de la mayoría, durante la etapa de atletas. Ya no compiten de forma oficial, pero, provenientes de Ciego de Ávila, aseguran que el deporte perdure, se extienda y multiplique las virtudes del cubano por diversos confines.

Técnicos, profesores, especialistas y dirigentes relacionados con la actividad del músculo viven la tensión permanente que depara la formación de niños y jóvenes, el aseguramiento de la recreación, de las competencias, la rehabilitación, la atención a personas con discapacidades y a los abuelos, quienes poseen en la práctica de ejercicios físicos la medicina preventiva que les prolonga la vida.

Dotados de innumerables virtudes, los profesionales del movimiento deportivo cubano protagonizan un gesto que identifica a Cuba en el mundo, la colaboración internacional, actividad necesaria en el propósito de generar ingresos a la economía, aunque su mayor mérito radica en llevar los valores de esta sociedad hacia pueblos hermanos.

La historia más reciente se remonta al 16 de abril de 2003, cuando de la mano del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías surgió la Misión Barrio Adentro, programa social asegurador de ventajas para la salud de sectores humildes de la sociedad venezolana.

Ahí emergieron como protagonistas los cubanos, incluidos los profesionales del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER), encargados de dar salud a las comunidades con la práctica de la actividad física y la enseñanza de modos de vida con mayores posibilidades para la gente pobre.

De aquella etapa, no olvido el diálogo con el experimentado profesor Oscar Castellanos, quien a pesar de la sapiencia ya poseída, debió crecerse ante nuevas exigencias que, en definitiva, consolidaron sus habilidades pedagógicas.

Ciego de Ávila le ha aportado a ese proceso una cifra que ronda los 2 000 colaboradores, según confirma Martha Elena Chamizo Grey, responsable de Colaboración en la Dirección Provincial de Deportes.

Asegura la especialista que hoy existen 23 avileños de misión en Venezuela y ocho en otros países; además, cuentan con un potencial de 24 técnicos listos para asumir faenas donde se les solicite.

Este proceso implica, además, una serie de acciones en Cuba, donde constituye un deber el apoyo a los familiares de quienes salen al exterior, lo cual incluye visitas y coordinaciones, cuando sea necesario, para que reciban atención de los especialistas de Medicina Deportiva.

Llama la atención que las misiones tributan, además, al surgimiento de atletas renombrados, a lo que se suma el arraigo de la mayoría de los colaboradores en los lugares donde se desempeñaron, lo cual ratifica el perfil humanista del trabajo ejercido.

De ello da fe Julio Rodríguez Sánchez, joven profesor avileño de Educación Física, curtido en el cumplimiento de una misión en Venezuela: “Allá enfrentamos momentos difíciles, tanto económicos como políticos, pero nunca detuvimos nuestra labor”.

Al hablar del tema, el orgullo se le refleja en el rostro por la agradable sensación que representa cumplir el deber, ya sea como profesor, coordinador de la Misión o asesor, labores que dejan huellas, sobre todo cuando se enseña a nuevos promotores la vitalidad del deporte en función de mejoras para la sociedad.