Ganar la categoría de deportista de alto rendimiento implica sacrificios de grandes magnitudes, pero más allá de los esfuerzos físicos y mentales que depara esa condición, existe un elemento clave, que pone a prueba la fortaleza de cada atleta.
La lejanía de los seres queridos implica dolor, nostalgia, carencias afectivas en momentos vitales, y esos obstáculos deben salvarlos tanto los competidores como sus allegados.
Ese detalle no ha pasado inadvertido para la Dirección Provincial de Deportes en Ciego de Ávila, la cual ha sistematizado visitas a los centros donde entrenan y conviven los miembros de varios equipos nacionales.
Ante la cercanía de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, familiares y dirigentes deportivos avileños acudieron a La Habana, donde el amor dio su aporte a la preparación de los futuros integrantes de la delegación cubana.
Apacible entorno en el centro Cerro Pelado antes de los entrenamientos
En familia se pasa de maravillas, aseguraron los hermanos Carlos Manuel Consuegra Jardines (a la izquierda) y Máikel Tritzant Jardines. Después del encuentro con sus seres queridos partieron en la tarde a Santiago de las Vegas para entrenar en la cancha de hockey
Junto a los atletas, visitantes disfrutaron del exquisito trato de “las tías” en el comedor
La luchadora Yudaris Sánchez Rodríguez, a la izquierda, disfrutó de un rato junto a su mamá, pero a la par de la ternura, el deber de entrenar se cumplió con posterioridad
Lilianet Duanes, apoyada en el colchón, durante un entrenamiento conjunto con atletas sudamericanas
Funcionarias avileñas que representan a Medicina Deportiva y Docencia. Esos equipos de labor también generan victorias
El diálogo y las golosinas, esenciales en estas visitas
En los pasillos centrales de la Escuela de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Cerro Pelado se habla poco: atletas y profesores suelen conectarse por wifi con amigos y familiares