Béisbol Sub 23: clarinada para Tigres avileños

La sexta edición del Campeonato Nacional de Béisbol para menores de 23 años ya es historia. Ciego de Ávila perdió este domingo su último duelo del calendario ante Camagüey, con pizarra de 2x6, en el estadio Cándido González, para definitivamente ubicarse segundo en el grupo C y sexto en la posición general de la lid.

De muy buena puede calificarse la labor de los dirigidos por Yorelvis Charles. El pasado año se ubicaron terceros en el grupo y novenos en la general, con balance de 19 triunfos y 18 fracasos, es decir, esta vez, dos victorias más, a lo que se agrega que, hasta la última subserie, estuvieron en la disputa por el boleto a los play off.

Fue la ofensiva (304) lo mejor del conjunto a lo largo del torneo, aunque en los últimos 12 juegos tuvo un descenso significativo, al igual que su pitcheo, pues, luego de estar entre los primeros, concluyó en el séptimo con Promedio de Carreras Limpias (PCL) de 3,99.

Pero si me preguntaran el lado más débil de los avileños no dudaría en afirmar que es su defensa. No importa que su promedio de 962 esté por encima de la media del Campeonato (958), se trata de que, de los 53 errores que cometieron, 30 fueron por los guantes de los jugadores que se desempeñaron en segunda, el campo corto y la antesala.

El torneo dejó buenos dividendos para el posible equipo de Los Tigres en la venidera contienda nacional. Pienso, por ejemplo, que Yairon Martínez mostró que tiene potencialidades para convertirse en un abridor ganador en esas lides. Su PCL de 1,71 y su WHIP de 1,19 así lo confirman.

Creo que el cerrador Yosvany Ávalos reúne también los poquitos necesarios para ser uno de los que terminen juegos en la escuadra que dirigirá nuevamente Roger Machado. Solo le falta madurar más en el aspecto táctico para sacar muchos más outs en su carrera.

Con el madero, Lázaro Martín (369) volvió a demostrar que no es fortuito que haya bateado tanto a su paso por las categorías inferiores. Ahora estuvo liderando, casi todo el Campeonato, los principales renglones ofensivos, incluyendo el de jonrones, el cual perdió en la última subserie.

El jardinero Yuddiel González (378) de nuevo hizo quedar bien a este periodista, que ha reiterado las cualidades del muchacho para batear. No puede ser casualidad que, año tras año, promedie sobre 300 en el segundo torneo en importancia del país.

También debe reconocerse la buena temporada que tuvo Liosvany Pérez (345), un jugador que puede desempeñarse en el cuadro y los jardines, bien rápido en las almohadillas y con un aceptable brazo.

Pero ya este Campeonato es pasado. Ahora resta emplear a las figuras que destacaron en él. El futuro de Los Tigres se ve más claro si se aprovecha al máximo a estos muchachos. Ojalá que así sea.