Si hubiese un aparatico para medir la acidez con que los medios de difusión internacionales, critican hasta la saciedad al sistema cubano, de seguro que ese artefacto explotara de tanto odio que tendría que recepcionar días tras días.
Y no es que lo que se hace hoy en nuestro país sea solo motivos de aplausos, pues sería tener también los ojos tapados para no percatarnos de los no pocos deslices que se cometen a diario y que son motivo de justificados reproches que se escuchan por doquier, pues lógicamente, esos errores cotidianos suman también un “Bloqueo” enorme para nuestra economía.
En lo particular, y bien lo saben los amigos lectores que siguen las páginas de Invasor desde sus inicios, he sido y seré, no solo un reconocedor de la gran obra de este país, que en su momento llegó a tener estándares de vida que causaron asombro y admiración en el mundo.
Fui también y lo soy —como lo fueron y son, no pocos de los colegas que tuve la dicha de compartir en esta redacción—, un critico que no pocas veces fue enjuiciado de buscarle la quinta pata a la mesa.
Mi inconformidad, de ahora y de siempre, con los que ponen en todo su empeño en demonizar a Cuba, no es precisamente por lo que dicen o escriben, sino por el silencio que guardan cuando este puede ser su aliado.
Pero cuando es Cuba la que opta por no aclarar un tema que lo amerita, entonces la avalancha de señalamientos es digna hasta de Records Guinness. Y desde luego, no creo que el silencio sea la mejor medicina para un bando u otro, solo que cuando lo hace Cuba, según sus enemigos, es por falta de transparencia. Pero si el mutismo queda del otro lado, entonces todo parece ser más sencillo: es así, porque tiene que ser así.
El torneo debía efectuarse en Panamá entre el 13 y el 22 de noviembre. Confederación Panamericana de Béisbol (WBSC Américas) informó que el evento se reprogramaría para una próxima fecha. En todo esto reflexionaba cuando interioricé la siguiente información:
“La primera versión de la Copa América de Béisbol, que estaba programada para comenzar la próxima semana en Panamá, fue cancelada, anunciaron los organizadores.
“Por incumplimiento del promotor privado que llevaría a cabo la copa desde el 13 al 22 de noviembre en Panamá, causa por la cual, se impediría la instalación del evento, participación de los atletas, estadía, transporte y seguridad que conlleva la realización de este tipo de evento ”, dijo la WBSC Américas sobre las razones que obligaron a posponer el torneo.
El organismo informó que el evento se reprogramará para una próxima fecha. El calendario internacional del béisbol luce apretado para el continente en el 2026, cuando están programados el Clásico Mundial de Béisbol en marzo y los Juegos Centroamericanos y del Caribe en el verano.
“Lamentamos profundamente que la Copa América de Béisbol Panamá 2025 no pueda realizarse en la fecha estipulada; sin embargo, estamos trabajando de la mano con la WBSC Américas para encontrar una nueva fecha”, dijo en un comunicado el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes).
La Copa América, entre los 12 mejores países del continente en el ranking mundial, fue creada con el objetivo de que, en el futuro, sirva para determinar puestos de clasificación del continente para eventos como los Juegos Olímpicos y el Clásico Mundial.
Desde luego que la suspensión de ese evento, a solo horas de su inicio, pudiera ser motivo de señalamientos, pero no creo tampoco que es para hacer una gran catarsis.
Ahora bien, lo cierto es que hubo silencio casi absoluto sobre el asunto y la noticia transcurrió así durante toda la anterior semana, pero otra sería la historia si ese torneo hubiera tenido como sede a Cuba, entonces el fusilamiento mediático contra el deporte cubano hubiera estado a la orden del día.
Pero desde luego, a estas alturas de mi carrera profesional, no voy a esperar que de la noche a la mañana, los que tienen enfiladas sus armas contra Cuba, van a elogiar con el mismo rigor de sus críticas.
En las redes sociales seguirán viéndose ataques despiadados contra todo lo que huela al intento de salir de este gran bache en que se encuentra el país. Es una lástima, como un día escuche decir a mi abuelo: les creería más si también hicieran públicos los aciertos de más 65 años.