Béisbol cubano: ¡Y no exagero!

Mal anda el pitcheo de una liga beisbolera cuando la mitad de sus equipos presentan 300 o más de average ofensivo. Poco se le podrá exigir a esos mismos bateadores cuando enfrenten a lanzadores de un mayor nivel. Y ese es el gran problema de nuestro principal deporte.

En la 61 Serie Nacional la ofensiva colectiva es de 298, pero hay ocho equipos que lo hacen para más de 300, como es el caso de Ciego de Ávila que ahora mismo presenta un 320 que “le mete miedo al susto”.

• Así relató Invasor el partido del jueves de los Tigres

No creo necesario aclarar que mi razonamiento no le quita un ápice de méritos a los bateadores de los Tigres, ni a los entrenadores que desde el punto de vista físico (Pedro Gallón) y técnico (Isaac Martínez), trabajaron fuerte para mejorar con el madero.

Ellos hasta el momento han logrado los que otros, ante la misma debilidad del pitcheo, no han podido hacer. El asunto, no obstante, va más allá de las comparaciones.

Mucho, y en distintas vertientes, se puede hacer por mejorar la pelota cubana, pero en cualquiera de los planes estratégicos que se tracen los que dirigen este deporte, no puede faltar el trabajar desde las categorías escolares con muchachos que tengan potencialidades para brillar desde el montículo.

Y que conste, soy de los que piensa que un buen tirador no es solo aquel que tira una recta bien rápida, pero está demostrado que la inmensa mayoría de los serpentineros que alcanzaron un nivel superior, fueron tiradores de alrededor, o más, de 90 millas.

Al béisbol de Ciego de Ávila, por ejemplo, le urge garantizar un pitcheo sólido para los próximos cinco años. Y los posibles talentos no van aparecer como por arte de magia. Hay que buscarlos.

Ya en Cuba no se juegan los torneos de base como en tiempos pretéritos y se hace más difícil que se hagan ver los jóvenes con posibilidades, pero hay que buscar la vía para detectarlos.

A veces tengo la impresión de que nuestros técnicos se conforman con tener una EIDE con unos 40 peloteros bisoños, y piensan que todo está resuelto con la participación en los torneos nacionales de las categorías 15-16 años y juvenil. No se puede aspirar a que con 40 posibles peloteros se resuelva el problema.

Organizar torneos extra calendario en los municipios, en los que no sea necesario gastar recursos en transportación, pudiera brindar muchas más posibilidades a los técnicos. No veo otra forma de lograrlo.

O las provincias cubanas ponen todo su empeño en mejorar este problema o a la vuelta de dos o tres temporadas, promediar 350 no será nada del otro mundo. ¡Y no exagero!