Si en lugar de Invasor, esta página fuera de una revista del corazón, la historia sería más o menos así: “La Primera Dama de Cuba, Lis Cuesta Peraza, asistió a la toma de posesión del presidente argentino Alberto Fernández usando un vestido de muselina negra elastizada con mangas de twill estampadas con motivos florales, firmado por la prestigiosa casa de modas Guayza”.
Pero esta no es la crónica rosa de un acontecimiento político, sino una historia de amistad que empezó por la ropa, sí, mas ha trascendido el tiempo, la distancia y el protocolo. Empezó en Holguín en 2002, cuando Lis Cuesta Peraza, que ni siquiera hoy es Primera Dama porque en Cuba no se usa tal nomenclatura, empezaba a enamorarse de Díaz, que es como todavía hoy llaman al Presidente cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez sus allegados.
Entonces Guayza era apenas un proyecto con olor a “cascarón” y solo las ganas de hacer habrían justificado la osadía de, sin siquiera tener producida una colección completa, presentarse en una de las mecas de la artesanía y la moda cubanas: Iberoarte.
Guayza ha cosido para varias personalidades de la cultura en el paísFrank Pérez Perdomo no puede acordarse de esa locura sin rememorar antes cómo Esperanza Martínez Corella le puso alas a la idea de diseñar ropa, siendo él todavía plantilla del Taller de Cerámica que ella había gestado en la ciudad. Y cómo lo conectó con Maribel Torres Torres, a la postre la otra mitad de Guayza. Fue Esperanza, además, quien lo enseñó a dibujar, lo acogió en su casa y, de madrugada, le preparó jarros de té, combustible esencial para poner sobre papel el remolino de telas, hilos y cortes dentro de su cabeza. Todo un mundo interior que, a partir de entonces, Frank comenzó a dejar salir con total libertad.
En el fondo Maribel fue, incluso, más valiente que él. Confió ciegamente en que un total desconocido en el ámbito de la moda avileña tendría suficientes buenas y nuevas ideas como para impresionar. “Diseña”, le dijo, y apostó su reputación, sus recursos y su tiempo a un “veremos”. Y si tamaña demostración de confianza no hubiera sido suficiente, después dijo sí cuando Frank propuso, aun sin terminar la colección, presentarla en Iberoarte.
En poco más de un año Iberoarte se había convertido en un evento de artesanía y modas que ningún creador del país se quería perder. Los ecos de la edición inaugural en 2001 habían traspasado las fronteras holguineras y resultaba totalmente lógico que un joven diseñador, con “hambre” de pasarela, se dejara hipnotizar por el cristal de tan importante vitrina. Allá se fueron con 172 piezas de aquella mítica colección de fuego sobre lienzo y pinturas de Esperanza sobre tela, y el jurado, integrado entre otros por la gran Mercy Nodarse, “Premio a la mejor colección de moda en la 1era. Bienal de Diseño de Saint-Etienne (Francia)”, no pudo más que coincidir en que Guayza era otra cosa.
Lo mismo pensó Lis Cuesta, por entonces Directora del Centro Provincial del Libro en Holguín, quien no perdió oportunidad de conocer a la revelación de ese año. Por eso esta no es la crónica social y el cotilleo de saber la firma detrás de un vestido, una chaqueta o una guayabera, sino el recuento más o menos cronológico de una amistad y de la intención manifiesta de enaltecer la moda cubana al más alto nivel.
A partir de ese premio el grupo de modas avileño fue invitado asiduo de la Feria Iberoamericana de Artesanía y las relaciones de afecto y respeto fueron de ida y vuelta. Claro que en esa época no había Facebook y nadie, salvo los más cercanos, sabía de dónde salía la ropa que vestían Díaz-Canel y Lis Cuesta.
GUAYZA... Viejas fotos .. Con Un poco de historia ...
Posted by Frank Péres on Friday, November 29, 2019
Un punto cardinal resultó, tal vez, la oportunidad en que Díaz-Canel, primer secretario del Comité Provincial del Partido en Holguín, pidió con insistencia a su homólogo en Ciego de Ávila apoyara el traslado de Guayza a un evento en la provincia oriental y se sorprendió un poco al percatarse de que, aquí, los modistos no tenían todavía la admiración ganada en las pasarelas nacionales. De cierta manera, dice Frank, Díaz-Canel le abrió las puertas a Guayza en su propio territorio.
No habría sido raro que, una vez nombrado Ministro de Educación Superior, primero, y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, después, o ahora Presidente, el contacto entre el matrimonio y el grupo avileño se enfriara y quedara varado en algún kilómetro de los 400 y tantos que separan a Ciego de Ávila de La Habana. Pero, repito, esto va de amistad, no de farándula.
Si se tratara de farándula tendríamos que contar las anécdotas de presentaciones en la capital cubana de Guayza a las que asistieron el Presidente y su esposa, y de conversaciones privadas y brazos sobre el hombro, de colegas estupefactos por la cercanía de los “guajiros” y de reconocimientos que llegaron luego de esas escenas.
Sin embargo, solo la amistad podría explicar las fotos que Frank subió a su perfil de Facebook después de la visita gubernamental de noviembre último a la provincia y que, en apenas unas horas, le dieron la vuelta al mundo. En el atelier de Guayza, una Lis Cuesta sonriente se deja entallar el vestido que, semanas después, vestirá en Argentina.
GUAYZA.... Lis cuesta.. En la toma de posesión del presidente de Argentina ,Tierra natal del che .. Vistiendo uno de los Diseños de la diseñadora YULY ... confecciones GUAYZA ...
Posted by Frank Péres on Monday, December 9, 2019
Getty ImagesLis Cuesta junto a la reina de EspañaUn vestido firmado por Liusnely Rodríguez Casay, Yuly, que combina la sencillez y la sobriedad del protocolo, con todo el color cubano en las mangas.
Luego Frank nos contará que la ropa vestida por Lis durante la visita del Príncipe de Gales también llevaba en la etiqueta el nombre de Guayza y que algunas guayaberas y camisas, sobre todo de mangas cortas usadas por Díaz-Canel, salieron del cuarto de costura avileño. No sería la primera vez, ni la última.
Tampoco es un hecho aislado que Lis Cuesta se vista con la creación de diseñadores cubanos. El “dichoso” vestido que utilizó durante la visita de los reyes de España está firmado por tres jóvenes cubanas, reunidas en la marca Dador, y no es sino la confirmación de que, incluso recibiendo obsequios propios de su posición, ropa de modistos internacionales tal vez “a fin de cuentas se nombre o no, se equipara en rango a las primeras damas del mundo”, el Presidente cubano y su esposa optan por enaltecer las creaciones hechas en Cuba.
Hay mucho mérito en eso y mucha coherencia. Y no vamos a especular ahora, pero quién sabe si todo tenga que ver, en fin, con la fuerza del alma de este país, aquella a la que en lengua arahuaca llamaban guayza.