Trovándote: 16 años no caben en una reseña

Pudieran haber sido estas líneas apenas un flashazo, la crónica de una muerte anunciada o una autopsia a destiempo del Encuentro Nacional de Jóvenes Trovadores, Trovándote 2021, cuando de un tirón hubo que cambiar los conciertos en vivo por las directas en Facebook y los aplausos del público por los emojis en las redes sociales en Internet. Para nuestra dicha, esta vez no será así.

Intentaremos una reseña apretada en la que no caben 16 años de tradición, pero que sí degusta de punta a cabo los matices de un certamen imprescindible del cual, todavía, hablamos en presente, a contrapelo de las peripecias de pensar la trova en código digital, de buscar alianzas para grabar un concierto, de editar más de una veintena de audios y videos enviados por los participantes en tiempo récord y de poner recursos personales en función de la promoción del arte y la cultura.

Cualquier valoración debiera iniciar en retrospectiva para elogiar el empeño de Jorge Luis Neyra y Javier Jorge Zaavedra, quienes junto a Héctor Luis de Posada y Yoan Zamora, dieron vida a las primeras peñas en el Museo de Artes Decorativas de la provincia, sin saber que el proyecto ensancharía horizontes hasta lograr un evento de referencia para lo que se entiende por canción cubana contemporánea. De esos orígenes derivan las connotaciones que ahora ponemos en blanco y negro después de una tormenta de fotos, videos y recuerdos en la web, que nos han permitido redescubrir cantautores y propuestas.

Pero, ¿cómo hacer perdurable a través de una pantalla un evento que se alimenta de la interacción con su público? ¿Cómo trasladar hasta el espacio virtual el goce de la trova? ¿Cómo garantizar que conciertos y debates no se pierdan en el timeline de Facebook? ¿Cuán difícil o fácil ha sido sumar voluntades a distancia?

Las primeras respuestas las dio a Invasor Santa Massiel, presidenta de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en el territorio y miembro del Comité Organizador, al referirse a una estrategia de promoción que no escatimó en el uso de diversas plataformas y en el logro de una identidad visual propia.

Estos fueron uno de los primeros aciertos: ir de la radio a la televisión, a los perfiles privados en las redes sociales en Internet y al grupo Amigos de Trovándote en Facebook, anunciando fechas y propuestas, “aderezadas” con un cartel novedoso, un sugerente spot, marcos para usar en las fotos y diferentes etiquetas que enganchan a la primera hojeada.

El resto obró por sí solo con una programación coherente y variada que, desde las 9:00 de la mañana y hasta las 11:00 de la noche, no solo mostró el trabajo de noveles trovadores, sino que desempolvó memorias e inauguró la posibilidad de descargar desde Telegram la música de muchísimos bardos, a veces fuera del alcance de la mayoría en los circuitos tradicionales de consumo cultural.

En la apertura aunaron sus voces tres generaciones de trovadores: Santa Massiel y Motivos Personales, Yoan Zamora, Ender Mirabal y Héctor Luis de Posada, en lo que fuera un concierto intimista grabado con antelación en la sala Abdala.

Aguzó el debate un podcast con un pormenorizado análisis sobre el Movimiento de la Nueva Trova y la fundación de la AHS del periodista, crítico e investigador Joaquín Borges Triana; y Leyendo la trova puso en el mapa la buena gestión literaria que emana de la librería El rincón del lector, siempre con excelentes materiales, que tuvieron como carta de presentación descripciones elocuentes, capaces de activar resortes hasta en los más exigentes lectores.

En Amor de millones se invirtieron los papeles, porque fueron los trovadictos quienes tuvieron la palabra a través de videos caseros en los que compartieron experiencias y agasajaron la feliz idea de que, al menos una vez al año, la Ciudad de los Portales vibre al cadencioso ritmo de la trova.

Por su parte, el espacio Que no cierre el club trajo la buena música de más de 20 bardos de diferentes generaciones, poéticas y estilos, que desde el hogar se hicieron presentes con sus letras y acordes; confirmación certera del alcance de la cita y de que cuando las ganas y el buen arte se conjugan nada puede detenerlos.

Para el cierre fue el avileño César Brown, con una transmisión en directo desde España, quien mereció los aplausos por un concierto de más de una hora, que matizó con remembranzas y desenfado ante el micrófono, y con temas que, como es habitual en su obra, mezclaron elementos de la novísima trova con la música tradicional cubana y el rap.

• Vea el concierto de César Brown.

Cualquiera diría que experiencias similares se han ensayado hasta el hartazgo en estos meses en los que la cultura también ha quedado “confinada” al entorno virtual, pero la magnitud y el amplio espectro de las propuestas de Trovándote 2021 se han robado el show y las horas de sueño de muchos. Ha quedado claro que, si la logística en eventos de este tipo es compleja, igual lo es pensar y llevarlo a cabo desde las redes sociales. Sin embargo, “la puesta en escena” ha venido a compensar insomnios o desganos, y nos ha dejado el regusto de que cualquier esfuerzo para que la trova y sus cultores brillen vale la pena.

TROVÁNDOTE NO TERMINA Hoy solo cierran las cortinas virtuales de la edición 16 de un encuentro que verdaderamente ha...

Posted by Trovándote on Saturday, March 20, 2021