Televisión Avileña: 20 septiembres de historias

Pocos tenemos la oportunidad de conocer un estudio de televisión cuando apenas se es un niño. Por ese tiempo ni siquiera sabes con certeza la profesión que deseas defender en el futuro. Yo no fui la excepción, desconocía que terminaría siendo periodista, pero sí tenía claro que iba a estudiar algo relacionado con los medios de comunicación.

Creo incluso que, en gran medida, la televisión carga con esa “culpa”. Si la radio tiene ese “bichito” por el cual la gente se enamora de ella, la pantalla chica también posee su misticismo.

Para este avileño que vivía en el reparto Nueve de abril, en las periferias de la ciudad avileña, estar en una habitación gigante, rodeado de luces, cámaras y micrófonos fue como descubrir un mundo de fantasías casi incomprensible desde casa. En eso se resume parte de mi infancia y, en los últimos años, un porcentaje de mi formación académica.

Hoy, justamente hoy, ese lugar que me ha visto crecer está de aniversario: la Televisión Avileña.

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Estudio listo. Luces encendidas. Cámaras en posiciones. Coordinador atento. Locutores a la espera de la señal. Tres, dos, uno… ¡Estamos al aire! Así ocurre desde el 6 de septiembre del 2000, cuando se cortaron las cintas del nuevo canal y, desde entonces, se respira olor a cumpleaños, antes, durante y después de las transmisiones.

El canal de la familia avileña marca un sello en los hogares. Son años de historias tristes y alegres, logros, testimonios de vidas, importantes coberturas periodísticas y enseñanzas familiares.

Imagen y sonido, la combinación perfecta para narrar experiencias personales multiplicadas en un lenguaje y sello únicos que distinguen a un colectivo orgulloso de residir en la capital de la locución cubana.

TVAProfesionalidad y juventud, garantía de los que llegan

A cuatro lustros de aquel día, nuestra televisión se actualiza en una era digital con tecnología de avanzada en alta definición y reafirma su compromiso con la patria y con el pueblo que los sigue. Sirvan estos 20 años (que no son pocos) acompañándole en su pantalla como un impulso para nuevos desafíos, orgullosos de lo conseguido y con un largo camino por delante, siempre, desde nuestra esencia avileña.

Ya comienzan a escribirse nuevos septiembres para la televisión en Ciego de Ávila, que servirán para reinventarse en cualquiera de las maneras posibles, para acatar los nuevos códigos y lenguajes comunicativos, y para adaptarse a las formas más inopinadas de hacer.

¿Desafíos? Muchos. ¿Obstáculos? Otro tanto ¿Ganas de seguir adelante? Sobremanera.

Llegue a los fundadores, a los que se incorporaron con el tiempo, a los que se suman, a todos… ¡Muchas felicidades!