Reconocen a repentista de Ciego de Ávila

repentista y alberto Un verdadero guateque campesino devino el concierto de homenaje al poeta y repentista baragüense-avileño Gualberto Domínguez Pérez, en ocasión de cumplir 25 años de vida artística.

El acogedor patio interior de la sede de la filial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) reunió a más de un centenar de cultores (aficionados y profesionales), familiares del congratulado, y público en general, todos defensores a ultranza de las más genuinas tradiciones del folclor de tierra adentro.

Alberto Fernández Pena, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y presidente de la filial provincial de la UNEAC, entregó al Sinsonte de Carrillo un diploma de reconocimiento por el cuarto de siglo dedicado a esa manifestación cultural representativa de los hombres y mujeres de tierra adentro.

Al preciado estímulo se sumó similar galardón, otorgado por la Agencia Musicávila, en la persona de la Subdirectora de Programación de esa institución Liria Castañeda Martínez.

Con la apoyatura musical del quinteto Cuerdas y Voces del Llano, liderado por Domínguez Pérez, también integrante de la sección de Música de la UNEAC en Ciego de Ávila, fue, sin duda, una tarde feliz, matizada por las décimas cantadas y leídas, pies forzados, tonadas, boleros, sones y guarachas.

grupo musicalHéctor E. Paz Alomar Y, por supuesto, la actuación de varios invitados, quienes dedicaron sus espinelas al cumpleañero, entre estos, Abel Amador, poeta y repentista, y su esposa, la tonadista Bertha Marrero, ambos procedentes de la vecina Sancti Spíritus; Evelio Monzón, Guillermo Blanco y Alcides Trujillo, quienes además complacieron a la concurrencia con varios pies forzados; mientras el quinteto interpretó especialmente las parrandas conocidas como Cañeras espirituanas.

El plato fuerte del agasajo fue la esperada controversia entre Gualberto y Abel Amador, dos gladiadores del verso improvisado que hicieron gala del dominio que ambos poseen en el combate lírico, duelo bien fino, con lenguaje elegante, metáforas bien utilizadas, en saludos, agradecimientos y amago de retos que no subieron de tono, aunque en instantes enaredecieron al auditorio que, agradecido, tributó largos y sinceros aplausos.

En la despedida, ya entrada la tarde, el regalo sorpresa llegó en la voz y estilo de Yordanki Manrique, director, percusionista y cantante de la agrupación avileña Superparranda, quien, acompañado por el Quinteto Cuerdas, también puso a bailar de lo lindo a los asistentes.