Proyecto Yambambó: ellas brillan no solo en kreyol

Si las “mujeres estrellas” de Famn Zetwal lograron impregnar el simbolismo que buscaba el catedrático español Antonio Ortega Ruiz para la portada de su libro, es porque ellas enamoran. Eso ya lo sabíamos desde que las vimos brillar no solo en el kreyol de su nombre, sino también en el castellano en que se canta Patakí de Libertad.

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Pero desde antes de eso ya el proyecto Yambambó, de la Fundación Nicolás Guillén, les labraba el camino que han recorrido hasta hoy con su talento. Eso lo reconoce el colectivo de autores de El patrimonio cultural en la provincia de Ciego de Ávila (Cuba), título publicado recientemente por la Universidad Internacional de Andalucía.

Portada del libroPortada del libro

Parte de la alegría la tiene el escritor moronense Larry Morales, padre del proyecto Yambambó, si las mujeres de Famn Zetwal son las madres indiscutibles. A la sombra de la Fundación entraron hace cuatro años, cuando se dieron cuenta de que el tesoro de la cultura francohaitiana no lo tenían solo en los pies.

A estas alturas, que ya han conquistado hasta el Karl Marx, Saily Londres, comunicadora del proyecto y artista del grupo, explica que Yambambó consta con la unidad artística Famn Zetwal —que es más bien su semilla—, pero que se dedica al rescate de las tradiciones francohaitianas a través del trabajo con los niños del grupo Renovación Haitiana, la promoción de la medicina verde y el arte culinario en medio de un entorno que llaman el Cabildo Yambambó, ubicado en la comunidad de Tuero, en Morón.

platosUna exhibición de platos típicos, en el Cabildo YambambóEchado a andar con más sueños que seguridades, Larry Morales explica que el proyecto necesitó de una metodología, y entonces ellas, con una disciplina envidiable, se sentaron a estudiar en cuatro talleres impartidos, entre otras personas, por Ileana Núñez, la especialista de la Fundación. “Y también nosotros tuvimos que aprender —añade— porque al principio yo no sabía cómo íbamos a hacer un proyecto. Al final, Yambambó resultó ser la punta de lanza de todos los demás, por estar más cerca del legado de Guillén”.

Gracias a eso, hoy se encaminan a crear un proyecto de desarrollo local con impacto en las instituciones y la comunidad en la que se desarrolla. Porque en la voluntad de que una cultura trascienda tiene que estar implícita la de enseñar. Saily corrobora esa vocación comunitaria, y enumera los talleres de percusión, baile, bordado y hasta de idioma kreyol al que invitan cada sábado desde su página de Facebook, porque a los ancestros no los llevan solo en la sangre, en la cabeza y en las manos también.

Posted by fanmzetwal on Saturday, July 11, 2020

“Ellas han logrado hacerse un lugar en la cultura cubana, y ganarse el respeto de artistas como Miguel Barnet e Israel Rojas, gracias al talento y a la disciplina que ponen. Nunca las he visto llegar tarde ni faltar a un ensayo, ni siquiera a las que viven fuera de Morón. Y cuando yo veo que alguien de la talla de Antonio Ortega Ruiz puede notar lo que valen, me convenzo de que es así, aunque yo no sea entendido en la cultura que defienden”, opina Larry, “con el corazón en la mano” sobre la mujeres que fundaron el séptimo proyecto de la fundación, que, en impacto y crecimiento, se volvió el primero.

¿Qué más guilleniano que el empuje indiscutible de un grupo de mujeres negras y con las faldas bien puestas? Ellas se harán piropos leyendo poesía, cada una de ellas, “negra, mujer nueva / avanza en su ligera bata de / serpiente. // Coronada de palmas, /como una diosa recién llegada.”