No tengo saldo…

¿No tengo saldo es solo una obra del camagüeyano grupo Teatro del Viento, dirigido por Freddys Núñez Estenoz, que presentaron el fin de semana durante la jornada “Somos Abril” en el Teatro Iriondo, de la ciudad de Ciego de Ávila?

teatroTomada del perfil en Facebook de Freddys Núñez EstenozNo tengo saldo es ver a la Cuba de estos tiempos con una crudeza que nos sopapea a base de jabs continuos en todo el rostro hasta noquearnos sin poder lanzar un solo golpe al rival; pero, igual, sin contestas ante nada más que la realidad. O una parte de ella “en tonos blancos y negros mugrientos”.

No tengo saldo escapa de su objetivo, del propósito de sus hacedores, se disfraza de espectáculo con actores y sobre las tablas; pero esa es su mayor mentira y, paradójicamente, al unísono, su única verdad. Es esa duda ubicua. ¿Lo que sucede lo ensayaron o no? Son retazos de ficción hechos verdad o son verdades hechas ficción. ¿Estás sentado dentro del teatro u observando en el portal el día a día?

No tengo saldo es denuncia. Es lo difícil de poseer todos los ingredientes de una receta culinaria. Es el quejido de una madre porque su hija quiere irse. Es la suma de cuestionamientos de quien decidió quedarse aquí. Es interrogarse para qué es útil un título universitario. Es soltar a bocajarro, mediante la sátira, sus sinónimos y el doble sentido, si así se le quiere llamar, cuánto pueda recriminársele a un archipiélago.

No tengo saldo, de cualquier modo, nunca cesa en una benévola intención. Así de reiterativa es. Se vuelve lo mismo con lo mismo, una y otra vez, desde ese recoveco donde soplan con fuerza huracanada unión y deseos rotundos de reparar y echar pa’lante este país.

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