Hablar de parranda en Chambas es tan polémico como entablar un diálogo de béisbol en cualquier esquina. La edición 84 de esta festividad, que cada agosto enfrenta en cordial disputa a los barrios de El Gallo y El Gavilán, llegó con más dudas que convicciones.
Invasor se ha hecho eco, en más de una ocasión, de todas las inquietudes de los parranderos, algunas recibieron respuestas, otras, el silencio por parte de las autoridades competentes.
Ante este panorama de insatisfacciones, tenía la certeza de que el pasado sábado 17 de agosto iba a asistir a un “funeral”. Y, aunque no soy de los que creen que un color acentúa la tristeza, sin percatarme salí a la calle vestido de negro, símbolo universal del luto. Los “honores mortuorios” estaban previstos para las 6:00 de la tarde, mas llegué un poco antes de la hora pactada. Calle semidesierta, lo que me hizo pensar que aquel sería un adiós más doloroso que lo imaginado.
Un rato más tarde, el panorama era otro, miles de personas aparecieron de la nada, y a través del audio se anunció que todo estaba listo para el inicio. Globos rojos, estandartes y fuegos artificiales, acompañaron a los parciales del barrio El Gallo, que, en verdad, no reflejaban en sus rostros los desconsuelos que la parranda les ha transmitido en los últimos años. Aunque alguien podría pensar que, cuando se trata de bailar con la conga, ¿quién se acuerda de eso? Al rato, otra turba humana, pero esta vez con globos azules y farolas, realizó iniciativas similares y gritaba desenfrenadamente: “Aquí quién manda es Bulé, El Gavilán.” Cayó la noche y la fiesta siguió.
Dos carrozas fueron las protagonistas, y la valoración popular calificó como pequeñas las obras presentadas. Y no se trata de que ya no se quiera a la parranda con la misma devoción, sus fieles aseguran, que si de ellos dependiera, no cabrían en las calles. La madera fue el elemento clave que limitó los productos artísticos de este año: La Bella y la Bestia, de El Gallo; y Profecía de Amor, de El Gavilán.
Gracias a los fuegos artificiales, el cielo de este terruño se iluminó más en 2019 que en la edición precedente. Al fin esto sucede, porque lo que sí no era concebible es el hecho de que, contando con un taller de pirotecnia en el municipio, ya no sean referentes en ese sentido para fiestas similares en la región central de Cuba. Los parranderos respiraron más pólvora, mas no toda la que quisieran.
Una imagen nunca va a captar la esencia de una obra en sí. Anoche, por inmediatez, tal vez no accedimos a mejores fotos...
Posted by Radio Chambas on Sunday, August 18, 2019
Llegó la madrugada del domingo 18, y muy pocos volvieron a casa. Se mantenían las controversias en cualquier esquina para definir quién fue el mejor. Vestido de “luto” regreso a mi hogar y, solo en ese momento, me percato de que el esperado “funeral” nunca ocurrió.
La parranda en Chambas no murió en 2019, podría ser el titular del día después, y claro que le fallan algunos signos vitales, porque en algún momento alguien la ha tirado al olvido, casi al borde del fallecimiento, pero en esos instantes, quienes la aman se han convertido en sus salvadores. Sería injusto callarse que, además del apoyo estatal, estas fiestas cuentan con el respaldo de muchos chamberos, los de aquí, y los de allá también.
Insatisfacciones siempre quedan, porque ya sabemos que parranda es sinónimo de ardoroso entusiasmo. Ahora corresponde escuchar a los amantes de esta tradición, y no culpar a un lado u otro de lo que aún no funciona como debiera. Es una responsabilidad de la Dirección de Cultura en el municipio, del Gobierno y, por supuesto, de los regentes de ambos barrios. No pocos creen que por fin se abandonó el camino a la perdición, pero reclaman no dormirse en elogios y glorias, porque tampoco se ha llegado a ese punto.
Los problemas de recursos son reales, a los cuales tampoco escapan municipios villaclareños como Remedios o Camajuaní, donde las parrandas superan en calidad a la de Chambas, cuando antaño competía entre las mejores del país. ¿Por qué no aprender de las experiencias de esos territorios? No dentro de 12 meses, el momento es ahora.
A veces da la sensación de que el inconveniente más evidente de la celebración chambera es la gestión. Dicen los que saben del tema que, para organizar bien una parranda, hay que hacerlo un año antes, y no dejarlo para los meses de junio o julio, porque hay que cumplir con un cronograma de verano.
En las redes sociales en Internet algunos afirman que la parranda en Chambas, al menos como la tienen concebida en su imaginario personal, ya falleció. No puedo certificar la defunción de alguien que mueve entusiasmos, hace llorar a los que están lejos, soñar a un niño con convertirse en un gran conguero. Si alguien quiere declararla por muerta, que lo haga, ese, no voy a ser yo.
Declaraciones del director provincial de CulturaVirginio Menéndez Moro, director provincial de Cultura en Ciego de Ávila, compartió con los chamberos la Parranda 2019. En declaraciones exclusivas a Radio Chambas aseguró, que esta fiesta vive y se siente, “y el que lo dude que venga a disfrutarla.”
Posted by Radio Chambas on Sunday, August 18, 2019