Ha quedado claro que en Majagua se baila y canta, y se hace muy bien. El municipio que nació por el ferrocarril en el año 1906, si de algo puede lucirse, es de construir una fuente vasta de expresiones culturales típicas campesinas.
Es, desde entonces, un libro de poesía abierto, en construcción y de consulta para comprender la cubanía.
Y allí, donde la COVID-19 ha despejado las calles por estos días, se atesoran los colores que el tiempo define en sus edificaciones. Se agrupan las esperanzas por salir de todo mal momento.
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Iglesia Bautista, edificada en 1915, donde la calidad constructiva se impone
Tienda El Nacional, sitio muy frecuentado por sus ofertas y ubicación
Iglesia Católica, espacio para alimentar la fe religiosa y las buenas acciones entre los lugareños
Policlínica Integral Doña Emilia González Echemendía, con todo su equipamiento médico, varias consultas y personal de salud preparado
Cine Nieves, cuyo mal estado constructivo determina hoy su existencia y uso
Establecimiento Victoria de Girón, lugar perfecto para que las personas reposen a la sombra
Librería de Majagua, con amplios corredores, muy típico del municipio
Biblioteca pública Mirta Aguirre, atmósfera ideal para la lectura y los eventos literarios
Banco de Crédito y Comercio, al lado de las instituciones y organismos majagüenses
Estatua de Leonor Pérez, en el amplio Paseo Martí
Farmacia Principal, otro hermoso ejemplo de amplios portales y servicio de calidad
Museo Municipal, de estilo ecléctico, construido a principios del siglo XX e inaugurado como museo en el año 1996
La calidad en la formación de los estudiantes majagüenses, objetivo permanente del Instituto Preuniversitario Urbano Sergio Pérez Castillo
Tribunal Municipal Popular, cuya esencia es impartir justicia.