Insistir en los orígenes del arte profesional titiritero en Ciego de Ávila y su evolución hasta la fecha resultó el motivo central de la conferencia impartida por Yosvany Abril en lo que fue la primera jornada de Títeres al Centro, certamen que hasta el venidero domingo 10 de noviembre le sacude la pereza a la ciudad.
Sería este el espacio más serio del día porque después vendrían las puestas en escenas, las caras de asombro, las sonrisas y los aplausos en un maratón que se extendió hasta bien entrada la tarde.
Primero fueron los muchachos de Polichinela, que con la reposición de la pieza Cuentan, cantan tanto entretejieron historias al ritmo de melodías sagaces, de la gestualidad expresiva de los artistas y del colorido de los monigotes, al punto, de que quienes pasaban por el bulevar detenían el paso y enfilaban hacia la casa de cultura José Inda Hernández.
Sin embargo, el plato fuerte sería la compañía chilena Titerike, que personificada en el actor Larry Malinarich, presentó Colmillo el Vampillo, obra fresca y sencilla que alude a las travesuras de un vampiro que para almorzar engaña a los niños, los hipnotiza y los lleva hasta su casa.
Disfrutar del repertorio de Polichinela siempre es un lujo bien aplaudido por el públicoA pesar de la sencillez del argumento y del telón negro, que hacía las veces de retablo, ideal para espacios flexibles como lo es la Casa del Joven Creador, trasluce como mensaje nítido la importancia de limitar la confianza a los extraños, no mostrarse complaciente ante lo sospechoso y cómo los “malos” siempre caen frente a las zancadillas de la verdad.
Vale destacar también la calidad interpretativa de Malinarich, que cedió alma y pulmones a cada uno de los personajes sin que las voces o los caracteres quedaran desdibujados de una transición a otra.
El final resultó una agradable mezcla de horror y amor en la que el “vampillo” recibe su merecido, el sobrino de Lupe despierta de su letargo hipnótico, y esta encuentra el amor con el “hombre hermoso”.
Otro de los aciertos, devenido práctica en el evento, es lograr público dirigido en las presentaciones para evitar puestos vacíos y expectativas tronchadas. Ahora fueron alumnos de cuarto grado de la escuela Alfredo Pérez Mola quienes corearon las repuestas y delataron al “vampillo”, para mostrarse como interlocutores activos de la puesta, que nunca perdió de vista la interacción y el diálogo.
Dedicado en esta oportunidad a los 56 años de la llegada de las marionetas a la provincia, los 33 de la Asociación Hermanos Saíz y al teatro para adolescentes, Títeres al Centro promete y, por el momento, cumple.
#Títeresalcentro9
Posted by Ahs Ciego de Avila on Tuesday, November 5, 2019