En la ciudad de Ciego de Ávila son apreciables aún exponentes de la arquitectura moderna inspirada en el Racionalismo
Dana María Gómez SánchezDetalle de la fachada de la Catedral San Eugenio de la PalmaEl Modernismo, última voluntad de estilo en los estertores del siglo XIX, se constituyó mediante la aparición del variamente llamado Art Nouveau, Modern Style, Jugendstil o Modernismo, delirante movimiento de estirpe anticlásica y romántica, con el relativo mérito de que, en ocasiones, la decoración, nada subalterna ni complementaria, se compenetraba con la estructura.
Es en el primer tercio del siglo XX, cuando aparece el Racionalismo como resultante de varias circunstancias culturales y, principalmente, sociales, que propician el encuentro de una nueva forma de hacer arquitectura, desvinculada del pasado académico y que rompe con lo decorativo, por añadidura, de elementos, dando prioridad a la función.
El Racionalismo es el estilo arquitectónico de la prestancia lineal en pro de excelencia geométrica. Este discurso arquitectónico resulta el audaz y ambicioso promotor de la comodidad espacial en función de la vida moderna y su principal morador: el hombre.
A partir de lo antes expuesto se puede apuntar que el Racionalismo es el arte de la mesura en combinación con la textura de las superficies y la luz.
Los aportes de sus principales maestros —Walter Groupius, Mies van der Rohe y Le Corbusier— se convierten en paradigmáticas creaciones de este estilo, pues cada uno de ellos hizo contribuciones a esta manifestación de las artes visuales, desde una óptica muy personal, lo cual enriquece el abanico expresivo de esta propuesta como lenguaje estilístico.
En el centro histórico de Ciego de Ávila existía una coherente y armónica proyección arquitectónica hasta el arribo del movimiento moderno, o la llamada arquitectura internacional —la que se propone la construcción de una ciudad funcional—, pero, a pesar de sus loables intenciones, no se logra, porque este estilo adquiere auge mundial en las décadas del 20 y 30, mientras que en Cuba después de los años 40, hace que se produzca una transformación radical en las fachadas de las edificaciones y, como resultado de ello, se deja de responder a una tipología.
Este mismo movimiento, al despojarse totalmente de todo lo que no le fuera funcional, se concentra en la negociación de los códigos arquitectónicos que le antecedieron, ya sea neoclásico, ecléctico u otro estilo, lo que rompió con toda la integridad que existía en el centro histórico.
Un recorrido por la ciudad avileña nos convierte en testigos de la innegable presencia del Racionalismo, tamizado por la interpretación local, donde el repertorio doméstico exhibe las diversas formas en que fue asimilado en la localidad avileña.
Durante su segundo gobierno, Generoso Vega Lazo, alcalde del Término Municipal de Ciego de Ávila, acometió importantes obras. Es decir, la competencia de Generoso Vega Lazo, entre otros aportes al término avileño, logró además, la elevación del presupuesto municipal de 198 000.00 a 400 000.00 pesos, así como la de algunas inversiones en 1941, lo que propició que en el año 1955 el término de Ciego de Ávila contara con más de 2000 construcciones modernas.
Entre ellas destacan el Nuevo Instituto de Segunda Enseñanza y el Nuevo Hospital Civil. Se erigieron, además, los cines Carmen y Elena.
Cine Carmen
Detalle de la fachada del cine Carmen
Proliferaron importantes centros de víveres y ferreterías como la Casa Balbín, Urbieta y Hermanos (Ciego de Ávila y Maceo), Onésimo Fernández (Cuba, entre Abraham Delgado y Narciso López), Millares (Bembeta, entre Maceo y Honorato del Castillo), también los Hermanos González (Máximo Gómez y Línea).
Se promovió el chalet y el spot lights como elementos de la nueva concepción de la vivienda. Vale mencionar las propiedades de A. González y el Doctor Cuní, la casa de Bernabé Estrada, la casa de Arará, las casas de Capote, A. Cozza, y otras muchas, de las cuales, la ciudad se enorgullecía, pues en Ciego de Ávila existía un comercio sólido, tanto en la cabecera como en los principales poblados, respondiendo todos a los requisitos que exigía el comercio moderno.
Vivienda moderna
Detalle de la vivienda
Es apreciable cómo Ciego de Ávila, debido a su fortalecimiento económico y como uno de los componentes administrativos del país, incorpora a la vida urbana influencias estilísticas difundidas en este período. Es por ello que se originaron nuevas formas espaciales, cuyo contenido estaba determinado por las necesidades sociales. Desde este momento, el contenido simbólico y representativo no iba a concentrarse en un repertorio, sino que abarcaría edificios de oficinas, sociedades de recreo, espacios hospitalarios, así como la hotelería y la vivienda.
El otrora inmueble del Colegio Médico, actual sede de la Gerencia de Caracol
La tradicional imagen de la Iglesia Católica no escapó de las renovaciones locales ocurridas en el Término, todo lo contrario. En la que, durante esa época, fuera calificada como la Nueva Iglesia Parroquial de San Eugenio de La Palma, se observa a simple vista el profundo cambio del lenguaje arquitectónico. El atractivo principal de este edificio radica en las articulaciones de los elementos integrantes de su sistema constructivo, donde se manifiesta su innegable transición a lo moderno.
En el mismo lugar donde estuvo emplazado un atractivo edificio religioso de estilo ecléctico, se levantó después el denominado Tercer Templo de San Eugenio de la Palma, en 1947, un templo mayor de líneas modernas y más funcionales. La construcción de este inmueble fue asumida por los franciscanos, correspondió, especialmente, al padre Otálora y no a la Alcaldía Municipal.
La decoración es asumida por las interpretaciones de los elementos simbólicos presentes en los atributos inherentes a la imagen del Santo Patrono San Eugenio de la Palma. Estas sendas estructuras prefabricadas, exponen el diálogo estilístico entre el Art Decó y el Racionalismo a través de la manera en que fue tratado el concepto religioso en un contexto moderno; ambas piezas, además, terminan coronadas por un arco de medio punto.
En el interior del templo la presencia escultórica ya resultaba insuficiente ante el desenvolvimiento de la nueva vida local; es por ello que esta manifestación artística sale al exterior —y a gran escala—, donde se encontraba el núcleo comercial que movía a la ciudad. Develada el 24 de febrero de 1957, la escultura portadora de la imagen del Santo Patrono de Ciego de Ávila, San Eugenio de la Palma, además de remitirse a los orígenes clásicos, contiene elementos que la convierten en moderna.
El rostro del Santo, casi al borde de la sonrisa y el intento de esta imagen de convertirse a la asimetría, entre otros aspectos, son indicadores del necesitado cambio del escenario religioso. Esto provocó una ruptura con el tradicional tratamiento de los principios expresivos aplicados al icono medieval, con el propósito de contemporaneizar con la modernidad.
Sus grandes dimensiones, o sea, la monumentalidad de esta escultura, constituye un reflejo de la necesidad de una nueva planificación espacial, adaptada a las nuevas condicionantes de la localidad de Ciego de Ávila y al desarrollo comercial; es por lo que también se convierte en propaganda de la Iglesia Católica en la calle principal.
Cada exponente del racionalismo en la Ciudad de los Portales se convierte en singular búsqueda del sello familiar de la construcción; o sea, los códigos modernos son asumidos desde la premisa de la diferenciación, a pesar del empleo de los mismos materiales, e incluso, de la contratación, en muchas ocasiones, de los mismos maestros de obras, quienes acuñaban sus obras con su nombre, pero prevaleciendo, por sobre todas las cosas, la prioridad a lo funcional.