Julia o Los intentos de la fotografía social

Julia es la hija del dueño de Casa de Fiestas 1888, un bar situado en algún lugar de la Cuba de hoy. Una noche en que su padre se ausenta, ella se vuelve la anfitriona, baila reguetón y en todo momento trata de seducir a Juan, el DJ, que trabaja allí junto a su novia Cristina. En un triángulo de intriga, desamor e intereses económicos, el desenlace se vuelve fatal con la muerte de Cristina y un morboso video “colgado” en Facebook.

Esa es, grosso modo, la trama de Julia, la propuesta que, en esta Jornada de Teatro Villanueva, llevó al escenario del Principal, en la ciudad de Ciego de Ávila, el proyecto Caminos Teatro.

Basada en el clásico de August Strindberg, La señorita Julia, la representación intenta escanear y exponer parte de las realidades de la Isla: las diferencias sociales que proliferan, aspiraciones por encontrar mejores niveles de vida, la emigración que motiva a tantos a arriesgarse en caminos peligrosos, y una tendencia de la cual no escapamos aquí, de subir a las redes sociales videos íntimos o con contenido violento.

Ese es el retrato que los protagonistas exhiben a los espectadores, en una puesta donde también se interactúa con ellos, como particularidad del teatro arena. Los pocos elementos escenográficos permiten un diálogo más intimista, recreado en el ambiente de bar, con la música típica de muchos de esos espacios y la incidental que, en ocasiones, se vuelve innecesaria.

Las poses sociales, los deseos y aspiraciones que mueven a las personas, según su contexto más inmediato, sentimientos y formas de actuar más universales, como el odio, la traición, el chantaje, quedan expuestos en esta nueva versión.

Algunos estereotipos asociados a la figura femenina y las manifestaciones de violencia hacia las mujeres, presentando el dominio masculino aún existente, son elementos también que los personajes exponen.

Pero, las maneras de transmitir ese y otros mensajes, ya sea para leer entre líneas o de manera directa, no tienen, en todo momento, la claridad necesaria y pueden, incluso, sacarle risas a parte del público, cuando en una escena tan seria, Julia es maltratada físicamente por Juan.

Más allá de resaltar y recordar la vida cotidiana, el medio circundante, el teatro necesita, con sus herramientas, promover la reflexión para buscar cambios y no situarse solo en el campo de lo contemplativo.

Es válido resaltar todos esos problemas que nos aquejan como sociedad, un propósito que la obra logra, como punto de partida para el análisis, para el mirar(nos) por dentro. Aunque, los códigos con los que aborda estas temáticas podrían revisarse, para no caer en la cuerda floja de reproducir y acentuar esa realidad que se denuncia.