El concierto que no fue

Al final, el saldo de una noche que prometía ser de fiesta, terminó siendo una gran decepción para los que hasta la plaza llegaron.

Como quien busca respuestas ante cosas inesperadas y que dejan sinsabores, Rolando Dormes Ramón escribe a la redacción de este semanario.

Cuenta el lector que el 12 de julio conoció por la Televisión Avileña que Maykel Blanco y su Salsa Mayor se presentarían esa noche en la Pista Indercito de la localidad cabecera. En su comunicación resume lo sucedido en ese lugar: “(…) a la 1.00 antemeridiano recogieron los instrumentos y, sin dar una explicación al público presente, dijeron que el concierto se había cancelado”.

No solo Rolando salió de allí con tan lógica inconformidad. Otros avileños entrevistados para la televisión local y la emisora Radio Surco dieron también sus testimonios de una espera que, esta vez, solamente desesperó, sin tener un feliz término.

Comentarios en FacebookUsuarios en Facebook comentan al respecto del incidente. Orlando Pino Amores, director de la Empresa de la Música y de los Espectáculos responde a un internauta.

Invasor conversó con Roberto Jiménez González, subdirector de Cultura Provincial, buscando también aclarar algunas dudas.

“Dificultades organizativas no frenaron el espectáculo —asegura—. Se coordinó todo para que el equipo de audio (que Cultura tuvo que alquilar) se montara en el escenario y se hicieron las pruebas de sonido para que todo estuviera listo.”

La promoción del concierto fue un punto débil que señalaba Rolando Dormes Ramón en su correo electrónico. Tal vez por eso el sitio no se llenó como esperaban y están acostumbrados los músicos. Esa arista sigue siendo talón de Aquiles aquí y necesitan buscarse otras estrategias, además de los medios de prensa como aliados, para dar a conocer las actividades.

“Al final, el saldo de una noche que prometía ser de fiesta, como había sucedido en otras provincias, con la gira auspiciada por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y la Empresa de Promociones Artísticas y Literarias Artex, terminó siendo una gran decepción para los que hasta la plaza llegaron. Eso y una falta de respeto hacia ellos.”

Pero, más allá de que la divulgación no haya sido tan intensa como hacía falta, quienes por alguna vía supieron y tenían la esperanza de mover los pies al ritmo de la agrupación merecían el concierto y, en cualquier caso extremo, argumentos bien sólidos para que no ocurriese.

La logística empleada, las gestiones para garantizar la presentación y, sobre todo, insisto, las expectativas no cumplidas y un tiempo desperdiciado son algunos de esos tragos amargos que dejó esa noche del 12 de julio. Un suceso que merece estas líneas y que no puede repetirse ni en este ni en ningún otro escenario donde, aunque sea una persona, espere por los artistas.