Invasor conversó con Jenny Rodríguez Brito, instructora de arte y delegada al XII Congreso de la UJC
No tiene muy claro cuándo nació su vocación: si fue de pequeña, al aprender a bailar casino; o en quinto grado, mientras todo el pueblo de Gaspar la vio cantar en aquel coro presentado en medio de una Tribuna Abierta Antiimperialista. O quizá fue la claridad de una joven instructora, que la encaminó y le encontró talento no solo para hacer arte, sino, también, para enseñar a otros.
Jenny quería convertirse en profesora. Le agradaban mucho el bullicio de las aulas y la alegría perenne de los niños. Y esa necesidad de ser maestra, de estar frente a una pizarra, solo quedaba eclipsada cuando la muchacha se imaginaba danzando sobre un escenario, entre luces y aplausos.
Donde otros hubiesen encontrado un motivo de indecisión, ella supo mezclar en alquimia perfecta sus dos pasiones, y escoger una profesión en la que danza y magisterio van siempre juntas. Con ese sueño llegó un día a la entonces Escuela de Formación de Instructores de Arte Manuel Suárez Delgado y emprendió un largo camino de aprendizaje, que la llevaría, más de 15 años después, a convertirse en presidenta provincial de la Brigada José Martí (BJM), el movimiento juvenil que agrupa a los instructores de arte cubanos.
Educar en el arte
Ya graduada como instructora de danza, Jenny Rodríguez Brito volvió a su pueblo natal, Gaspar, y comenzó a trabajar en la Escuela Primaria 13 de Marzo, donde descubrió, con alivio, que había dado en el blanco, que podía dedicarse a aquella labor por el resto de sus días. Los niños eran su pasión, su fuente de energía.
“En 2018 cumplí una misión internacionalista en Venezuela, en el estado Lara. Fue una experiencia maravillosa adentrarme en la cultura venezolana, trabajar con los niños y enseñarles también un poco de Cuba. Allí ayudé en la creación de la Colmenita Bolivariana de Lara, algo que llevo con mucho cariño en mi corazón y que no olvidaré nunca.
“No obstante, también guardo recuerdos tristes de aquella época. Mientras estaba en Venezuela, mi abuelo paterno, con quien tenía un vínculo muy fuerte, se enfermó y falleció poco después. Por cumplir con el deber, por honrar mi obligación, no pude despedirme de él; y creo que eso me afectó bastante. A veces, la vida te pone en situaciones difíciles, dolorosas”.
Al regresar a Cuba, fue electa como presidenta de la BJM, primero en el municipio de Baraguá, y luego en la Ciudad de los Portales; tarea que desempeñó con entusiasmo por espacio de dos años, hasta ser promovida a vicepresidenta provincial.
En noviembre de 2023, reunido el Consejo Provincial de la Brigada, asumió el cargo de presidenta de esta organización en el territorio. A partir de entonces, Jenny lleva sobre sus hombros el peso de representar y liderar a los 365 instructores de arte que hoy ponen su talento y creatividad a disposición de los avileños.
“Dirigir es un desafío enorme —dice—, y más en estos momentos de crisis económica, cuando se dificulta mucho nuestra labor; pero hasta ahora hemos mantenido el trabajo en escuelas, casas de cultura y comunidades, como lo quiso el Comandante en Jefe cuando fundó la Brigada en el marco de la Batalla de Ideas”.
Precisamente, el pasado 18 de febrero se celebró el Día del Instructor de Arte, fecha que recuerda el nacimiento de la instructora y profesora de teatro Olga Alonso, y que sirve de oportunidad para reconocer la labor de quienes, al decir de Fidel, son abanderados de la cultura y el humanismo.
Con todo para el barrio,espacio de intercambio en el que la Brigada José Martí Ciego de Ávila y la Ahs Ciego de Avila fueron protagonistas en este #12Congreso de la UJC. #CiegodeAvila #MiBrigadaSigueAqui
Posted by Brigada José Martí Ciego de Ávila on Thursday, February 1, 2024
Jenny enumera las actividades organizadas como parte de la jornada, que, siendo honestos, no se circunscriben al apremio de una efeméride, pues también tienen cabida el resto del año. Talleres de creación, acompañamiento al Movimiento de Artistas Aficionados, actividades comunitarias, presentación en las prisiones, activación de la Guerrilla Cultural 50 Aniversario… Mucho se hace, y la prueba está allí, en la gente que recibe el amor y el arte de los instructores, en cualquier rincón de la geografía avileña.
Por escudo, la sonrisa
A pesar del cargo, que lleva con bastante desenvoltura, fruto de años de preparación, Jenny asume y disfruta trabajar como instructora de arte, en contacto directo con la gente. Así, asegura, la llena de satisfacción el calor humano que percibe cuando ella y sus muchachos llegan a una comunidad.
“Entre las mejores experiencias que tengo están las actividades que hemos organizado en el Hogar de Niños sin Amparo Familiar. Por cosas de la vida, no he podido ser madre, y este es mi mayor anhelo como mujer. Ir a ese lugar e interactuar con los niños resulta una experiencia maravillosa, que me ha tocado muy de cerca.
Todos tenemos ese niño interior que nos hace ser inocentes por siempre.
Posted by Payasita Rayitos on Sunday, July 16, 2023
“También me encanta cuando mis antiguos alumnos —algunos ya pasan de los 18 años— me ven en la calle y me dicen ‘¡Profe!’. Ese cariño sincero, esa empatía, no tienen precio. Tanto cuando enseñas, como cuando actúas frente a un público, estás en la obligación de mantener la sonrisa, el carisma, y de transmitirle lo mejor de ti a los demás, aunque te sientas mal y estés atravesando por situaciones difíciles”.
Rumbo al Congreso
Jenny milita en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) desde que estudiaba en noveno grado, una condición que asume con orgullo y sentido de pertenencia, y que hoy compagina con su membresía en el Partido Comunista de Cuba. Recientemente, en la Asamblea Provincial XII Congreso de la UJC, fue seleccionada delegada a la magna cita de los jóvenes cubanos. Allí llevará, además de sus experiencias, los puntos de vista y las preocupaciones de los instructores de arte avileños.
“Nuestra provincia es la única que no cuenta con una escuela de instructores de arte. La formación de estos depende hoy de los locales de la Escuela Elemental de Arte Ñola Sahíg Saínz, de Ciego de Ávila. Carecer de un espacio propio nos ha obligado a impartir solamente las especialidades de Danza y Teatro, y a limitar el ingreso de alumnos a aquellos que residan (o tengan dónde pasar la noche) en el municipio cabecera, pues tampoco podemos garantizar alojamiento a quienes viven lejos.
“Estas limitaciones afectan, por supuesto, la matrícula de la carrera, que ahora mismo es pequeñísima (hay más profesores que estudiantes) y amenaza con provocar su cierre.
“Pienso que todavía no se le da suficiente importancia al problema, su solución definitiva está siendo postergada, y nos arriesgamos a que la BJM, al no lograr un relevo generacional, desaparezca, poco a poco, en Ciego de Ávila, cuando nuestros instructores pasen el límite de 35 años y dejen de pertenecer a este movimiento”.
—¿Planes futuros?
—Ser mamá: ese es el único plan que tengo en mente ahora mismo y espero lograrlo.