Tal vez decir movimiento coral en Ciego de Ávila sonaría desatinado, iluso. Mas, si ponemos los ojos a programaciones mensuales de instituciones y empresas como Musicávila, el Museo de Artes Decorativas o centros de Salud y Educación, esa primera idea se iría desvaneciendo.
Puede que siga usted objetando, porque no encuentra constantes conciertos corales y, entonces, le diría que Corávila, agrupación vocal que representa a nuestra provincia, cumple 20 años de fundada y tiene su encuentro mensual en la Sala de Conciertos Porfirio Rodríguez Martínez, de la Logia Modestia 71. Quedaría pensativo, pero, no convenciéndolo aún, me diría que no son visibles. Entonces, ahí sí le daría la razón.
Es muy difícil hablar de movimiento coral en nuestro país, mucho menos en Ciego de Ávila. Uno de los géneros que ha sido considerado culto, hoy no baja de su pedestal, y pareciera que a nadie gustan tales melódicas y asonantes composiciones.
La realidad de nuestro país, desde las postrimerías del siglo pasado, trajo consigo la desaparición de espacios para la formación coral, dígase festivales de artistas aficionados, sitios en Casas de Cultura, escuelas, centros de trabajos, incluso, los barrios. Los recortes de presupuesto, ademán que poco propicia el desarrollo cultural comunitario, ha sido unos de los tantos talones de Aquiles para cantores y directores corales. Luego, las pocas acertadas decisiones de quienes deberían fomentar tal género o quienes, desde el municipio, programan actividades.
De Corávila, sus inicios
Poco se ha escrito sobre Corávila, para nuestra desventura. Y, en escasísimos momentos, siempre se menciona a otras agrupaciones con más visualidad. Pero, si quisiéramos hacer un repaso por su historia, es inevitable mencionar a Ricardo Mateo Bustinza, su fundador, que hoy se encuentra por otras latitudes y recuerda como mucha alegría a sus colegas.
Vía redes sociales, Bustinza asegura que la iniciación de Corávila fue el 2 de enero de 1999, cuando hicieron un primer ensayo en el antiguo local de la Asociación Hermanos Saíz, en el reparto Vista Alegre. “Surgió como grupo vocal…, éramos como doce en total, así que tocaba a tres por cuerda. Yo dirigía desde una punta, a la vez que cantaba el bajo”.
De Derecha a Izquierda. Ricardo Bustinza, Dariel Mesa, Rodisel Díaz, Rafael Ceballos, Dennis Fragela Diaz, Denys Lewis, Thaimí, Judith Franco, Natacha Cabrera, Daimy Castro, Yamisis Rumbaut; el 20 de junio del 2000, en el acto por el Día de la Dignidad Avileña
—De esas historias o vivencias del inicio, ¿cuáles recuerdas?
—Historias hay muchas... como todo. Unas cómicas, otras tristes... Pero fueron parte de ese proceso que hizo que el coro llegara a lo que es hoy.
“Recuerdo una vez que fuimos a cantar a un acto político-cultural a un pueblito del municipio de Venezuela y, en medio de la actuación, se desató una tormenta local severa y terminamos de cantar entre rayos, viento, lluvia y los guajiros del lugar, por respeto, ni se movieron de sus sillas (esto a la intemperie, claro está).”
Mi entrevistado, emocionado, dice que se siente dichoso de haber sido parte de la historia, de la construcción de Corávila y que, aunque han pasado 20 años y él ya no vive en Ciego, siente que cuida y alienta a sus integrantes.
“Te cuento que mi mayor placer fue en 2008, cuando todos apostaban a que yo ya no podía darle más al coro... Y convoqué una evaluación nacional y todos salieron bien, además de que Digna Guerra nos invitó al CorHabana y, cuando la Maestra Beatriz Corona escuchó el poema “Corazón”, de Mario Benedetti, musicalizado y arreglado por ella, nos felicitó y expresó que no había escuchado esa obra cantada por voces tan ligeras y hermosas.”
—¡Tremendo! —le respondo—. Hagamos algo..., intentémoslo al menos. ¿Sabe hacer un video en directo por Face? (en estos casos, la tecnología puede hacer que, a flor de piel, las emociones se coloquen sobre el regocijo de poder decir, en pocas palabras, lo que siente mi entrevistado al hablar de Corávila).
—Déjame arreglarme un poco y a ver cómo hacemos: ya te digo.
Y, luego de arriesgarse con cosas que jamás ha hecho (en las redes sociales), envía este video que, al menos a mí, emociona.
En el aniversario 20 de #Corávila (agrupación vocal en la central provincia de #CiegodeÁvila) su director fundador Ricardo Mateo Bustinza Montes de Oca les dedica algunas palabras: "Sean una familia..." y, como quien los ha visto crecer, celebra sus triunfos y logros. #MúsicaCoral #CiegoDeÁvila
Posted by Yuliet T V Parejo on Wednesday, July 24, 2019
Pero no solo Mateo Bustinza siente placer al hablar de Corávila, en estas dos décadas de fundada. Alina Orraca, directora de Schola Cantorum Coralina, comentó a Invasor historias personales que la vinculan con la agrupación:
“Mi mamá era de Gaspar, tengo aún un tío en Colorado y primos en Baraguá, por ese motivo desde muy pequeña visito este territorio, me siento del centro. Tengo un sentido de pertenencia muy fuerte con Ciego de Ávila, por eso cuando se fundó el grupo de desarrollo de la música coral, hace 15 años, y muchos profesores fueron llamados a colaborar con este proceso en las provincias, yo pedí venir para aquí. He trabajado con Corávila desde que lo dirigían Ricardo Bustinza y Greycell Martínez. Cada vez que hago giras nacionales, intento pasar por aquí.
“Incluso tuvieron una etapa muy difícil (refiriéndose al crecimiento de Corávila), en declive; pero supieron volver a unirse y trabajar muy fuerte. El nivel profesional de ellos cada día es más elevado. Considero que su director, Jorge Rivero, está haciendo un trabajo muy meritorio y de seguro obtendrá excelentes resultados.
“…la membresía de Corávila está haciendo un trabajo con calidad, con un alto nivel artístico, con voces muy buenas, que determinan la armonía de la agrupación…”
¿Y ahora?
No han sido pocos los directores que ha tenido en su haber la agrupación avileña coral. Otros nombres han hecho que el pentagrama mantenga los sostenidos que los mantienen vivos. Al respecto, Jorge Rivero, su actual director, nos pone en contexto.
—¿Qué retos asume hoy Corávila?
—Nuestro principal desafío es mantenernos constantes en el trabajo que hemos estabilizado. Lograr, por ejemplo, los conciertos los últimos domingos del mes en la Logia Modestia 71 es, para nosotros, una oportunidad para que el público avileño conozca de nuestro quehacer.
“Además, haber participado en el Festival Internacional de Coros en Santiago de Cuba, nos posiciona entre la nómina de coros de primer nivel de todo el país. Y, aunque solo los coros de La Habana son visibles, demostramos que desde Ciego de Ávila hacemos un trabajo constante.
“Hacer una gira por el país es cuenta pendiente (aunque está en el plan de giras nacionales). Aunque esperamos por decisiones que no nos competen, ansiamos hacer un recorrido por toda la Isla.”
“Y, para rematar, para que la felicidad sea completa, estamos trabajando para que cantoras y cantores nuestros alcancen el primer nivel”.
—¿Qué queda por hacer?
—Queremos recorrer no solo el país, sino municipios que hace diez años no visitamos. Recientemente fuimos a Florencia y la bienvenida nos pareció espectacular. La acogida del público que, tal vez, no es asiduo al género, nos demostró que, cuando se quiere hacer cultura, todo lo demás vale la pena.
“Aunque eso no pasó de igual manera en Majagua, durante la celebración de la VI edición del evento de Patrimonio Sonoro. Cuando le propuse a la directora de Cultura en el municipio alguna presentación para celebrar los 20 años de fundado, se negó a nuestro pedido.
“Creo que debemos, como agrupación y en coordinación de las instituciones pertinentes, sensibilizar a quienes, por testarudez o desconocimiento, todavía no les abren las puertas a la música de concierto que se hace en esta provincia. Y no solo somos nosotros los defensores del género, también Vocal Andares y VocaliSeis saben los entresijos de esta profesión.”
Que la música sacra, de concierto o vocal, a veces, solo a veces, pende de un hilo, no es un eufemismo cuando las planificaciones y estrategias se quedan por debajo de lo que debiera ser.
Parafraseando un tema del español Alejandro Sanz, “la música no se toca”, sigue viva a pesar de las insuficientes promociones o la jerarquización no atinada de algunos géneros banales ante las propuestas enriquecedoras de la vanguardia artística cubana.
Me queda la esperanza de que, al menos, se piensa en eliminar esas distancias. Pedro de la Hoz apunta que “cada vez estoy más convencido de que existe una brecha entre la vanguardia y la base, entre el arte profesional y el de los aficionados, en el caso de los coros cubanos. De ahondarse ese hiato, nos perdemos una perspectiva: lo mucho que puede hacer un coro por la ampliación de horizontes estéticos en la formación cultural de nuestros futuros ciudadanos”.