Huellas de la cultura avileña, exposición del Museo Provincial “Coronel Simón Reyes”, destacó por la socialización de evidencias de la historia local y la afluencia de público, en vísperas del 20 de octubre, Día de la Cultura Cubana.
Quien nació y murió en el Oriente de la Isla: Carlos Manuel de Céspedes (Bayamo, —18 de abril de 1819— Sierra Maestra —27 de febrero de 1874—), es reconocido como el “diseñador de la Bandera de Yara”, Mayor General del Ejército Libertador Cubano y Líder de la Guerra Grande, también asumido por cubanos y cubanas como el Padre de la Patria.
Ese hombre permeado de los influjos de la Ilustración decimonónica, cuyo principio consideraba el conocimiento humano podía combatir la ignorancia, basada en la soberanía de la razón e ir en búsqueda de la felicidad.
Por ello, cultura y honor, habitaron en él, pues, no en balde obtuvo tales nombramientos, quien, siendo abogado, hacendado y líder secesionista, inició la Guerra de los Diez Años, levantándose en armas contra el Gobierno español el 10 de octubre de 1868.
Un día antes, le dio la libertad a sus esclavos, en “La Demajagua”. El Museo Provincial “Coronel Simón Reyes Hernández”, tocó la campana del patio interior de la otrora Comandancia Militar del Ejército Español, en aras del crecimiento cultural. Con aires de libertad, irrumpió, la actividad de la institución cultural.
El público infantil al encuentro de un retrato al óleo (pintura) de Miguel Ángel Luna dedicado a la pintora Florinda Monzón
La excelencia de la dirección del Museo, así como el funcionamiento de sus equipos, demostró, cuán imprescindible es la intencionalidad de los contenidos históricos en general; también, organización y capacitación de los recursos humanos, adecuado empleo de los bienes del patrimonio de la localidad, para, de ese modo, convocar a otras entidades, garantizando el público.
Rafael Ángel Cepero Gómez, Máster en Educación Superior y Director del Museo, junto a su colectivo, recibió al público en el portal y posteriormente, inició, la presentación de las ofertas culturales en el interior del edificio.
Huellas de la cultura avileña, primer momento del día, exhibió muestras de distintas expresiones artísticas de la localidad de Ciego de Ávila. Evidencias de las artes plásticas conforman fragmentos de la historia del arte avileño y sus respectivos exponentes: una pintura de Miguel Ángel Luna —en la técnica óleo sobre lienzo—, además, de exponer su valía, demuestra, su incursión en el género retrato a través de su bondadoso gesto: el rostro de Florinda Monzón, pintora del período republicano, convertido en creación pictórica.
Niñas y niños aprecian la pintura: dicen lo que piensan con la sabia de la candidez infantil
Un paisaje de René Rodríguez, revela, la peculiaridad con que tamiza el género sin igual; seguido una vitrina, contenedora de algunas espátulas con las cuales el Maestro aplicó manchas, intensos empastes, de singular colorido. Asimismo, otros reconocimientos no solo como paisajista, sino también, como creador de títeres durante su estancia en “El Guiñol”.
El espacio expositivo demuestra la versatilidad de Lucía Watson Newman a través de sus piezas cerámicas, quien desde sus incursiones en el arte popular, evolucionó al arte ingenuo, representando lo avileño en la otrora Feria de Arte Popular y otras plazas culturales de diferentes coberturas. Se usaron además imágenes fotográficas donde la personalidad de La Watson queda mucho más expuesta al visitante.
Recorrido por las salas del Museo a cargo del profesor José Luis León
Alexis Gardona, artista naif, se apropió del ángulo derecho del espacio, consta cómo su obra se erige con riguroso modelado, en la medida que, concibe, riquísimas tallas en madera, cuyas inigualables re-figuraciones humanas, nada rígidas, hieráticas, pero sí articuladas, re-viven en espacios re-dimensionados por lo grácil de un contexto, propio de su imaginario.
Finaliza el recorrido por la sala con alegorías al “Carnaval avileño”: vestuarios, accesorios y genuinas prendas—con apoyatura de documentación fotográfica del contexto histórico—, las cuales trasmiten valores artístico-culturales del festejo popular.
Esta exposición transitoria registró una decorosa participación de público, el cual estuvo integrado por infantes y adultos: primero, estudiantes de la Escuela de Enseñanza Primaria “Josué País”; segundo, estudiantes de la Escuela del Partido Comunista de Cuba “Mártires de Bolivia”. Ambos públicos en correspondencia con sus intereses y niveles de apreciación — incluyendo, gusto y preferencia—, fueron guiados, recibieron explicaciones de especialistas, historiadores, gestores culturales. Huellas… es una opción cultural a disposición del público durante tres meses (octubre, noviembre, diciembre), cerrará con el año.
Un grupo de niños prefirió el paisaje de René Rodríguez, así como la vitrina contenedora de espátulas (instrumento para lograr manchas empastadas
Merece destacar los especialistas MSc. José Luis León Hidalgo y MSc. Nirian González Santos, en nombre del Departamento de Investigación y a favor de la preservación del patrimonio, hizo la recepción de treinta piezas, donadas por descendientes de Lucía Watson Newman.
Gestores culturales acompañaron a los pioneros durante las actividades
Aunque las creaciones ya están estudiadas desde el pasado siglo, incluso, escritas, en las páginas de la “Historia del Arte Avileño —al igual que lo exhibido en Huellas…—, ahora, estos bienes patrimoniales, se hallan, en el sitio idóneo, o sea, al resguardo del Museo, lo que facilita su disponibilidad.
El Consejo Provincial de las Artes Plásticas apreció, revivir épocas del arte avileño, exponiéndolas en sala museable porque son clásicos de esta historia. Tanto la museología como la museografía, se encargarán de enfocar aquellas en virtud del disfrute de la evidencia artística “en vivo” por el público.
La socialización de resultados científicos es insuficiente cuando se limita a otras formas de publicaciones: libros, revistas culturales (formato tradicional, o digital), acciones pedagógicas (charlas, conferencias, etc…), medios de difusión, eventos… Esta vía: la exposición en el Museo, la publicación de la obra para el visitante que viene a su encuentro, es esencial.