Ciego de Ávila: renacer con la guitarra en casas de la trova

Con el avance del período de recuperación post COVID-19 vuelven a  abrir sus puertas las casas de la trova de Ciego de Ávila y Morón, se perfila la oferta cultural y persisten otras deudas no tan nuevas.

Quizás nunca antes la palabra reapertura ha sido tan polisémica como ahora, cuando no solo se trata de que las instituciones culturales hayan abierto sus puertas al público, sino de que algunas lo han hecho para mejor con una programación renovada y la intención de hacerla sistemática.

Así se explica que la casa de la trova Miguel Ángel Luna, en la ciudad cabecera, luzca más vital por estos días y que, de a poco, recupere las ínfulas de centro cultural, esas que desaparecieron hace tiempo cuando su cartelera menguó, al punto de mostrar en sus mejores tiempos a la agrupación Campo Lindo y, en los peores, música grabada y alcohol en exceso.

La estrategia la pensaba desde marzo Nancy Blanco Martínez, directora municipal de Cultura, consciente de las potencialidades del sitio y de la necesidad de transformar el ambiente; pero como no siempre voluntad se traduce en hechos, faltaba el dinero, y en medio de esta incertidumbre de querer no poder llegó la COVID-19 a trastocar los planes.

Luego de tres meses se ha logrado una programación que ha arrancado, en una suerte de prueba piloto, con las presentaciones del solista Yomel Sánchez los primeros y terceros martes del mes; de Nelson Luis Cabrera y Onel Juan Samón, de manera alterna, los miércoles; la trova de Motivos Personales el jueves; el sábado una revista musical variada encabezada por Alexey Fajardo, y los domingos la actuación de Minerva Portales.

Nuevamente se viste de lujos la Casa de la Trova de Ciego de Ávila, con la peña Sobran los Motivos de la agrupación...

Posted by Nancy Blanco Martinez on Thursday, July 16, 2020

De un simple cálculo el inconveniente de este propósito lo esgrimió Alexey Cervantes Brau, especialista del Departamento de Arte, pues pagar este talento artístico resultaría del apretado presupuesto disponible para cubrir todos los espacios fijos existentes en el municipio. Sin embargo, durante el verano el gobierno apoyará la iniciativa, y al cabo de estos dos meses de seguro será necesario volver a calcular.

A su vez, gestionar y mantener el equipo de audio para las presentaciones también ha sido un esfuerzo extra de la Dirección de Cultura municipal.

Bien lo saben la agrupación de Motivos Personales, que meses atrás cargaban con el andamiaje indispensable desde la sede de la Asociación Hermanos Saíz y hasta limpiaron con sus propias manos el local, con tal de que su peña se mantuviera.

Con todo lo bueno que estos cambios implican, la abulia que por mucho tiempo envolvió a la Casa de la Trova no se borrará de un plumazo. Habrá que conquistar público y disciplina para que el lugar ayude a prestigiar a los artistas y, luego, mejorar la deslucida imagen del inmueble, reponer el mobiliario y estimular la oferta gastronómica.

Lo otro sería reconocer que, como ensayo de lo que debiera ser, funciona, pero al referirnos a estos centros culturales hay que ser exigentes y reconocer que no solo se trata de mantener una oferta cultural, sino de su diseño coherente y de la calidad. Pudiéramos permitirnos solistas y muchísimos ritmos foráneos, y cuando la deuda principal esté saldada: trova en su variedad de estilos.

Si, además, sumamos que hay suficientes artistas y agrupaciones en la provincia como para explotar, a cabalidad, el género, que se eche de menos la guitarra tiene un precio cultural y espiritual que, de un modo u otro, pagaremos.

De cierto modo ya se han vivido sinsabores similares porque en la casa de la trova Pablo Bernal, en Morón, a pesar de que sus propuestas sí han sido estables y exitosas, siempre ha faltado este tipo de música y no es de extrañar que una tarde cualquiera, mientras un grupo de clientes es bien atendido en la barra, suene alguna bachata romántica y extranjera, justo al lado del cuadro que recuerda a este insigne bardo.

Acercarse a la cartelera del lugar basta para constatar la presencia del bolero, la música del recuerdo y la mexicana, y las peñas con artistas profesionales, que se extienden hasta las 2:00 de la madrugada. Nombres como Lucy Safonts, Alis, Nelson Mora y otros artistas del catálogo de la Empresa Comercializadora de la Música, Musicávila, son habituales en este escenario y tienen un probado éxito.

Lucy Safonte en la Noche de descarga. Casa de la Trova Pablo Bernal, de Morón. Éxito indiscutible. #CubaEsCultura

Posted by Morón Te Ve on Sunday, July 5, 2020

De esa "desafinación" habló a Invasor Ania Vilma Martínez, directora del Departamento de Arte de la Dirección de Cultura de Morón, quien enfatiza que estas propuestas han pervivido gracias a la gran afluencia de público, y reconoce que no se ha logrado mantener la presencia del género trova de manera protagónica, tanto que el director municipal Héctor Hernández acota que espacios para trovadores han funcionado allí, como máximo, dos meses porque no gustan.

Invasor lo reportaba desde 2018.

Es que la deformación es tal que quienes asisten a la casa de la trova Pablo Bernal son hostiles a este género y prefieren cualquier otro ritmo. Por eso, las últimas atrevidas que quisieron echar ancla allí fueron las muchachas de Motivos Personales, que con sus instrumentos al hombro desafiaron los kilómetros que separan al municipio cabecera de Morón.

El resultado lo describe Santa Masiel Rueda, directora de esta agrupación, como un desgaste enorme que hizo mella en su voluntad de poner música allí.

“En una ocasión hasta nos gritaron que saliéramos del escenario porque querían escuchar corridos mexicanos. El problema es que quienes van allí no quieren trova y eso es un contrasentido con la función del sitio, pero que se sostiene en el hecho de que la oferta siempre ha estado al margen de esta música.”

Si tenemos en cuenta que el gusto también es una cuestión de hábito, no puede exigírseles mucho más a quienes siempre han buscado y encontrado en las casas de la trova cualquier otra música antes que la predecible, anunciada desde el propio nombre del lugar.

El propósito de posicionar y defender el consumo cultural y la promoción de un género alternativo de una larga y prolífera tradición en el país ha quedado relegado a un segundo plano, y sirven de paliativo para “descargar” ante la falta de otros sitios para el entretenimiento en la ciudad.

Para desterrar cualquier estereotipo está la peña Cuerda Rota, dirigida por Lázaro Rojas, en la Fundación Nicolás Guillén, que sí genera público y vítores; y más recientemente el Quizás nunca antes la palabra reapertura ha sido tan polisémica como ahora, cuando no solo se trata de que las instituciones culturales hayan abierto sus puertas al público, sino de que algunas lo han hecho para mejor con una programación renovada y la intención de hacerla sistemática, en la ciudad cabecera, donde se aplaude desde la canción de autor hasta un dúo instrumental. De ahí las comparaciones que nos permiten dilucidar unos cuantos porqués.

Tampoco es cuestión solo de los trovadores fundar un espacio nuevo, educar al público y atraer seguidores, falta la promoción oportuna y el debido apoyo institucional, que supera el simple hecho de desembolsar cierta suma de dinero y tiene mucho que ver con el empeño y la actitud.

Eso por no mencionar que, aun cuando nuestros artistas cantan muchísimas veces sin que medie remuneración alguna, llegados a este punto, habría que reconocer que son profesionales, adscritos en la mayoría de los casos al catálogo de Musicávila, y las jerarquías también tienen un precio cuando hablamos de la comercialización del arte.

No se trata de hacer borrón y cuenta nueva en la programación cultural de estos centros ni obviar a los artistas que han cobijado aquí su trabajo por años, pero sí de balancear mejor la oferta y, sobre todo, de transformarlas en verdaderas casas para la trova. Así no sería noticia el día que sus puertas abran en sintonía con su razón de ser y de frente al abundante talento local que cultiva el género.