A sus 60 años de fundada, la Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga es una dama antigua cuya lozanía la avivan no solo las memorias
Corría la última década del pasado siglo y, luego de cinco años lejos de la familia —por estudiar en la Universidad de Oriente, en la heroica y hospitalaria Santiago de Cuba—, regresaba graduada a mi tierra avileña llena de sueños y dudas. A partir de ese momento me enfrentaría a la vida laboral. Llegó, en septiembre, el gran día.
La boleta de ubicación decía Dirección Provincial de Cultura —yo había estudiado Licenciatura en Historia—, y la expectativa y el lógico temor a algo nuevo se había apoderado de mí y me crispaba los nervios.
Donde actualmente se encuentra la Avenida de la Locución, se haría la actividad de ubicación laboral del organismo, dirigido entonces por Santos García, director provincial. Allí estaban todos los directores de las instituciones culturales avileñas, nosotras —las recién graduadas—, y algún que otro personal del sector al que habían convocado.
Después de las palabras iniciales y de dar la bienvenida, Santos informó que, por la necesidad de tener graduados universitarios para fortalecer la labor del centro, comenzar a trabajar por proyectos culturales, lograr sistematizar los objetivos propuestos y ampliar las proyecciones del trabajo, se había decidido mi ubicación en la Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga. Me quedé estupefacta, pensé de inmediato: qué puedo hacer yo en una biblioteca, si no soy bibliotecaria. Metafóricamente, morí.
Una vez finalizado el encuentro se me acercó Carmen Avellé, directora de la institución, que radicaba en la sede del actual Tribunal Provincial Popular, para invitarme a la biblioteca. Decepcionada, triste y con lágrimas en los ojos la seguí. Al llegar escuché las palabras de bienvenida y las explicaciones que se les dan a todos los que inician en un centro, su vida laboral y recorrí la institución.
Conocí entonces que la Biblioteca había sido fundada el 30 de junio de 1963 como la primera institución cultural en Ciego de Ávila después del triunfo de la Revolución. Hoy, cuando se cumplen 60 años de aquella fecha, muchos recuerdos se agolpan en mi mente. Allí conocí mujeres excepcionales, porque casi todo el colectivo era femenino y extraordinario. A Margarita García Veitía, la tutora de mi adiestramiento laboral, le agradezco tantas cosas; aunque creo que nunca se lo dije.
60 Aniversario de la fundación de la Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga 60 años pasan a la medida de los ojos...
Posted by Masiel Mateos on Thursday, June 29, 2023
De su mano se fortaleció mi amor por la lectura. No puedo decir cuántos libros devoré más que leí, en aquel apacible lugar. Cuando me insistía en hablar bajo y pausado, me enseñaba disciplina, constancia, amor por el trabajo, sensibilidad, respeto al intelectual, al estudiante, al que ama los libros y la lectura, a los niños y hasta a quienes solo visitan el centro para decir que saben qué es una biblioteca.
Mi sed de conocer se la debo a todas aquellas muchachas que laboraban en las diferentes salas. Me enseñaron los servicios prestados y el verdadero valor cultural de un centro como ese. Establecí, con su apoyo, relaciones con los usuarios, me prepararon para dar respuestas a las consultas, de forma amena, agradable e inteligente y satisfacer, así, la curiosidad de muchos.
Me cautivó sobremanera —yo tenía solo 22 años—, la sala destinada a la atención de los niños. Con ellos desarrollamos muchas actividades, adentrándolos en el mundo de los libros y el conocimiento; creamos espacios para leerles, actuarles, brindarles información, a la vez que jugamos y fomentamos valores en esas nuevas generaciones. No había computadoras y, frente a frente, nos divertíamos.
Mucho tiempo pasé —a veces llegaba a las 8:00 de la mañana y me iba cuando cerraba la biblioteca a las 9:00 de la noche—, en la Sala General, que atesora diferentes tipos de documentos, libros, folletos, publicaciones seriadas nacionales y extranjeras. En ese mágico lugar conocí el servicio de préstamos internos, externos e interbibliotecarios. Consulté y busqué información, organicé, trabajé y orienté el uso de los catálogos, listas bibliográficas y ofrecí el servicio de consultas y referencia.
Especiales recuerdos me trae ahora la Sala Luis Braille, donde se prestan servicios dirigidos a las personas invidentes y débiles visuales. Allí le leí libros al pastor de la Iglesia Enmanuel, Noel Fernández Collot, y fui partícipe de múltiples actividades que contribuyen a la inserción de estas personas a la sociedad, pues la misma cuenta con un valioso fondo en Braille y medios tiflológicos.
Parece que fue ayer. Han pasado ya 32 años de mi primera experiencia laboral, más de la mitad de los que lleva creada la Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga. Con el tiempo tuve que desempeñar múltiples responsabilidades y tareas. Pero reconozco que ese maravilloso lugar me dio la oportunidad de aprender, educarme, crear habilidades, hábitos, cultivar mis ideas y, sobre todo, estableció las bases para mi desarrollo intelectual.
Hoy los servicios de la Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga, han crecido. Las personas que allí laboran, en su gran mayoría, no son las mismas amigas que hice en esa importante etapa de mi vida. Si quieren saber, esa amistad y cariño los conservo hasta hoy, y con este repaso sentimental y nostálgico pretendo rendir homenaje a quienes en estos 60 años han formado parte de su colectivo. Además, felicitar y enaltecer la labor que allí se desarrolla para seguir fomentando la cultura del intelecto.
...El acervo cultural de los avileños... El acervo cultural se trasmite de generación en generación, a su alrededor se...
Posted by Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga on Tuesday, June 27, 2023