Avileños de carne y hueso: una reseña literaria

Servando Carvajal Moreno rememora, desde la narrativa, la historia de ocho avileños caídos en Angola y el resultado es un cuento visceral

Los perros del campamento se llamaban Regreso y Volver. Eran la forma material de la única utopía que aquel grupo de muchachos tenía en el horizonte. La casa.

Un libro de la autoría del puntalegrense Servando Carvajal Moreno, publicado por Ediciones Ávila, nos viene a contar eso. Se llama Heroísmo avileño en la ruta de Kassinga. Pero el título engaña. Es un cuento.

Lo releemos ahora que mayo acabó, aunque es de reciente publicación, porque es un mes que toca fibras sensibles para los protagonistas. Cada día 4, una peregrinación hace honores a la memoria de los ocho avileños caídos en Kassinga, Angola, en 1978. Y nada mejor que vivir, desde estas letras, su historia.

Servando, con mañas de escritor viejo, no escribe desde los ojos de la historia, desde la altura (y lejanía) de los aviones enemigos, como quien lo sabe todo. Por esta vez, se llama Eduardo, y cuenta en primera persona un testimonio real.

Eduardo Pérez Rojas, un tipo que en medio de la guerra podía llamarle “chiveta” a un ataque contra civiles, o vomitar sangre y decir “estoy cogío”, con una naturalidad que espanta. Pero también un hombre que, cuando más miedo sentía, se imaginaba de vuelta, frente a la bahía verdeazul, de la mano de una mujer que lo esperaba y de una niña que corría a mojarse los pies.

Y gracias a eso lo capta todo en apenas ocho páginas: el dolor, el estrépito, los sustos, el sudor, los gritos, las risas, las pieles agrietadas del sol, las tripas, la vida humana que quieren salvar a toda costa.

Servando comenta a Invasor lo que más le satisface: “Fue el combate de Angola en el que cayeron más avileños y hay que hablar de ellos”. Sus rostros y la investigación que sustenta la narrativa están al final del pequeño libro, para completar el tributo.

Pero mucho más hondo que verle la cara a Antolín García Morgado, un hombretón aficionado a las pesas, es leer cómo estrujaba la foto de su hijo de tanto apretarla. O imaginar a Francisco Seguí Rodríguez en Ceballos, lavando naranjas dulces.

En ese amasijo de grandilocuencias, de “malas palabras”, de un pan para diez personas, de llorar sin vergüenzas, de bromear y de cuidarse unos a otros como el sumo acto de patriotismo, la historia encuentra no solo justicia para esos avileños y otros caídos, sino que los hace sentir muy cerca.

“Bueno, muchachos, ustedes saben que muchos de nosotros vamos para allá, y que tal vez algunos de nosotros no regresemos, pero lo que sí quiero, coño, es que guapeen duro cuando nos metamos en la candela”.

Por esta vez, una imagen no vale más que mil palabras.

El arte de ser cubano; Con el escritor avileño Servando Carvajal Moreno

Uno de esos creadores que refleja en sus obras el digno compromiso con su identidad, sus orígenes y su cultura, es sin dudas, Servando Carvajal Moreno, escritor avileño, que cobija entre líneas sus memorias del Punta Alegre que lo vio nacer. A él, en homenaje a sus recién cumplidos 77 años de edad y por sus incansables fuerzas para corroborar día día, que existe el #ArteDeSerCubano, #AHSCAV dedica parte de su programación.

Posted by AHS Ciego de Ávila on Sunday, November 14, 2021