Llamarle “coloretes” a las labores de mantenimiento y reparación que ocurren en la sede de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Ciego de Ávila sería una garrafal injusticia. Como si hubiese sido obra de la casualidad, los meses de confinamiento coincidieron con una restructuración para el bien de quienes crean a través del arte.
Aunque aún pudieran quedar mil y una cuestiones por “limar”, lo cierto es que, cuando la institución avileña reabra sus puertas, artistas y población asidua al lugar se encontrarán con una imagen totalmente renovada.
Según explicó Santa Massiel Rueda Moreno, presidenta provincial de la AHS, desde que la organización se trasladara hacia allí se hacían evidentes algunas restructuraciones porque el objetivo anterior que tenía el local no coincidía con el actual.
“Lo que por el momento sí se nos aprobó, y encontramos los artistas indicados que hicieran el proyecto, es la reparación del patio que está casi al terminar y quedará acogedor”, acotó.
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“Antes de la pandemia no nos afectamos tanto, porque hacíamos las actividades en el Café El Barquito, pero ya se quedaba un poco pequeño en muchas de las ocasiones”, alegó Rueda Moreno, quien también agregó que, en el patio, hasta entonces sin techo, eran sorprendidos en muchas ocasiones por la lluvia.
Los 24 000.00 pesos en moneda total a los que asciende la inversión incluyen, además, la ya restaurada fachada del local y su tejado, cuyo deterioro provocaron algunos accidentes.
Afirma Leandro García Torres, artista plástico del Fondo Cubano de Bienes Culturales al frente de la obra, que “esto estaba casi totalmente destruido: la tarima estaba hecha, pero no era funcional, no tenía sus escalones; no existía un camerino para los artistas y la parte de la cisterna estaba también en mal estado y rompía completamente con la estética del patio”.
Como novedad destaca la construcción de una barra para ofrecer distintas ofertas gastronómicas
Cuando usted lea estas líneas, probablemente el proyecto ya esté culminado. Ahora se construyó un nuevo escenario con camerinos a ambas esquinas, se pintó un mural representativo de las distintas manifestaciones artísticas al estilo cubista, se construyeron jardineras, existe ahora una barra para futuras propuestas gastronómicas y para el piso fue comprada pintura impermeable.
Lo que inicialmente demoraría de tres a cinco meses, ahora se ha extendido a tres trimestres a causa de la COVID-19, que obligó a no poder visitar el lugar, ni siquiera, uno de los cuatro trabajadores vinculados a la nueva imagen. “El proceso empezó a finales del mes de febrero y se trabajó poco más de un mes hasta la amenaza de la pandemia, luego se trabajó otro mes y tuvimos que parar por el rebrote”, destacó García Torres.
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Y aunque siempre se agradece “un dinerito” para eliminar ciertas fisuras, desde el laboratorio de informática de la AHS, su actual oficina, Santa comenta que el techo aún pide a gritos una “pasadita” aunque sea. Por ejemplo, en días de chubascos continuos, en varios locales llueve más adentro que afuera.
De igual modo, otra preocupación sale a flote, pues una solución también genera un nuevo problema. Hasta entonces, las descargas en el antiguo patio no requerían de mucha luz artificial porque “antes se resolvía con un foco, pero ahora está techado y falta iluminación; así como un equipo de audio, el de ahora es pequeño y está roto”, señaló la también líder del grupo Motivos Personales.
Pero, sin lugar a dudas, la casa de los 74 artistas avileños vinculados a la AHS en Ciego de Ávila exhibe desde ya una imagen totalmente fresca, renovadora, actual, y de esta manera se le da solución a parte de los planteamientos que en reiteradas asambleas y congresos se convertían en temas de debates entre colegas y directivos.