No es el único. Del mismo modo que Mario Perdomo, vecino de la circunscripción 4 en la ciudad de Ciego de Ávila, muchos electores disfrutan madrugar para estar entre los primeros en votar, cada vez que hay elecciones.
Cuentan habitantes de la zona que, animado por esa idea, Mario suele levantarse bien temprano y dirigirse hacia el colegio electoral, para que nadie pueda quitarle el placer de ser el primerito en llenar y depositar la boleta.
Lo que a alguien pudiera parecerle curioso capricho o formalidad, encierra, sin embargo, un sentimiento real de identificación con las elecciones y expresa, también, el modo en que muchas personas disfrutan el acto de concurrir a las urnas.
Por ello, a nadie extrañe que Mario, prácticamente, abra el colegio en jornadas como la de este 11 de marzo. Todo lo contrario: si en alguna ocasión no ocurriera así, lo más probable es que las autoridades del colegio, electores de la barriada y hasta las boletas sientan que algo hermoso estaría faltando allí al amanecer.